Tomarse el pulso podría prevenir un ACV

Lo aseguraron expertos de la Fundación Cardiológico Argentina tras analizar un estudio sobre el riesgo de los latinoamericanos de padecer un stroke. Afirmaron que en nuestro país desconocen que esta acción simple también puede salvar la vida.

Según un sondeo, los argentinos desconocen que tomase el pulso también puede prevenir un ACV

Especialistas en cardiología destacaron que tomarse el pulso es un mecanismo para verificar arritmias que pueden desencadenar en un accidente cerebrovascular (ACV), por lo que se convirtió en una forma sencilla de prevenir este problema.

Según informó la Fundación Cardiológica Argentina, un estudio realizado por especialistas de todo el continente estimó que para 2024 se triplicarían en Latinoamérica las muertes por esta enfermedad, que afecta cada año a 15 millones de personas en todo el mundo.

En general, los argentinos saben que medirse la presión arterial, pesarse o chequearse el colesterol previene diversas enfermedades cardiovasculares, pero desconocen que tomarse el pulso también puede salvarles la vida.

Al conmemorarse mañana el Día Mundial del Corazón, la Fundación Cardiológica Argentina realizará actividades de concientización y educación abiertas a todo el público en la ciudad de Buenos Aires con carpas ubicadas en la Plaza San Martín, del barrio de Retiro.

La población que padece de fibrilación auricular (FA), la anomalía sostenida más común del ritmo cardiaco, tiene un riesgo de sufrir un ACV cinco veces mayor en comparación con la población normal.

Así lo aseguró el informe «¿Cómo reducir los accidentes cerebrovasculares en Latinoamérica?» presentado por un grupo de especialistas de toda la región en el marco del III Conferencia Latinoamericana de la Sociedad Internacional de Farmacoeconomía.

Tomarse el pulso regularmente puede prevenir un ACV, dado que esta práctica lleva a identificar un ritmo irregular y, por ende, una arritmia.

La arritmia más frecuente en el adulto es la FA, la cual puede generar la formación de coágulos en el corazón, que si se desprenden, pueden impactar en el cerebro provocando un ACV con consecuencias fatales para los pacientes y sus familiares.

De acuerdo con el estudio, existe una tendencia marcada en la región al aumento de casos de accidentes cerebrovasculares (ACV) dado el envejecimiento de la población, por lo que se estima que se triplicarían las muertes por esta patología para el año 2024.

En el mundo, se estima que anualmente cerca de 15 millones de personas sufren de un ACV, una interrupción del suministro de sangre a cualquier parte del cerebro.

En Latinoamérica, se conoce que durante 2004 se registraron cerca de 437 mil nuevos casos y 896 mil fallecimientos por enfermedades cardiovasculares.

La FA afecta a millones en Latinoamérica, sin embargo, se desconoce su incidencia y prevalencia en toda la región, dada la falta de información en la mayoría de los países.

Las implicaciones económicas de un ACV son significativas, ya que, por ejemplo, se calcula que en Argentina y Brasil, los gastos nacionales de atención médica en la hospitalización inicial para pacientes de los ACV asciendan a aproximadamente 434 millones y 450 millones de dólares, respectivamente.

La detección temprana, en especial entre quienes padecen FA, podría significar una reducción del gasto público en salud por esta patología.

«Esta es una epidemia que ya está en curso. Los ACV son una amenaza grave para la salud pública en América Latina. Las personas con FA tienden a presentar ACV más graves, los cuales causan una mayor discapacidad y tienen peores desenlaces. Por lo tanto, es probable que signifiquen en mayores costos para los sistemas sanitarios, los pacientes y sus familias», señaló Carlos Cantú, profesor del Programa «Accidentes Cerebrovasculares» de la Universidad Nacional Autónoma de México y miembro fundador de la Asociación Mexicana de los Accidentes Cerebrovasculares.

Del informe, respaldado por 37 asociaciones médicas y de pacientes de Latinoamérica y patrocinado por Bayer, se desprenden una serie de recomendaciones para los gobiernos nacionales como la necesidad de desarrollar estrategias coordinadas para el diagnóstico temprano y adecuado de la FA.

Además, se sugirió estimular la investigación acerca de la prevención y tratamiento de la FA, implementar el cumplimiento de las guías de tratamiento de los pacientes y promover la igualdad de acceso a la terapia, entre otras.

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