Un equipo de científicos diseñó un modelo que predice las mutaciones del virus de la gripe de un año para otro, lo que puede ser «muy útil» para decidir la composición de las vacunas, según un estudio publicado en la revista Nature.
El grupo de investigadores, liderado por Michael Lässig, de la Universidad de Colonia, Alemania, analizó casi cuatro mil muestras del virus de la gripe, que afecta cada año a entre el 5 y el 15% de la población mundial y causa entre 250.000 y 500.000 muertes, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El equipó estudió 3.944 secuencias de la «hemaglutinina», una proteína que se encuentra en la superficie del virus de la gripe y que lo une a las células infectadas, y les añadió mutaciones dañinas y beneficiosas para ver cómo cambiaban unas y otras.
A partir de los resultados, desarrollaron un modelo que, por medio del estudio de las cepas del año anterior, es capaz de predecir las nuevas cepas virales que pueden emerger.
Concretamente, detectó el aumento de algunas mutaciones en un 93% de los casos y la reducción de otras en un 76%.
«Debido a que el virus de la gripe afecta hasta al 15% de la población cada año, la mayoría de personas tienen cierto grado de inmunidad. Sin embargo, siempre surgen nuevas cepas cada año con mutaciones, que dominan en el virus porque consiguen esquivar la respuesta inmune del individuo», según el estudio.
Esas mutaciones aumentan en frecuencia, así que se reduce el número de huéspedes posibles a los que podrían afectar y se da prioridad a nuevas cepas a las que los individuos todavía no son inmunes.
Ese proceso cíclico provoca que la población viral se reemplace rápidamente y que haya posibilidad de que un individuo vuelva a contagiarse de gripe en unos días.
La variación en el virus conlleva que cada año se modifique la composición de las vacunas estacionales contra la gripe, si bien hasta ahora no se podía saber con exactitud cuál es la composición más adecuada.
