Una porción de pescado diaria beneficia al corazón

La carne de salmón, caballa, sardinas y otros peces de mar es rica en ácidos grasos poli-insaturados omega 3, que demostraron reducir las enfermedades cardiovasculares. Por eso, la Asociación Europea para la Prevención y Rehabilitación de estas afecciones recomienda aumentar el consumo semanal.

Recomiendan un plato de pescado diario para prevenir enfermedades cardiovasculares.

Comer pescado todos los días aporta muchos beneficios a la salud. Así opinaron expertos reunidos este mes en EuroPRevent 2012, un congreso organizado por la Asociación Europea para la Prevención y Rehabilitación de Enfermedades Cardiovasculares. En el simposio denominado “Un pescado por día mantiene al médico alejado” se presentaron las ventajas de comer ácidos grasos poli-insaturados de cadena larga omega 3, eicosapentaenoico (EPA) y docosahexaenoico (DHA), que se encuentran en los pescados grasos o azules, como salmón, caballa, arenque, trucha y sardinas.

Según el doctor Philip Calder, nutricionista de la Universidad de Southhampton en el Reino Unido, los omega 3 son muy importantes para la salud de las personas, tanto para el sistema cardiovascular y el cerebro, como para el sistema inmunológico. Y los médicos cumplen un rol fundamental en la enseñanza de las ventajas de incluir carne de pescado en la dieta

Las últimas Guías Europeas para la Prevención de Enfermedades Cardiovasculares en la Práctica Clínica, presentadas en EuroPRevent 2012, recomiendan el consumo de al menos dos porciones de este alimento  por semana, de las cuales una debe ser de pescado graso o azul. A las personas a las que no les gusta esta carne  y prefieren tomar suplementos de omega 3, se les aconseja que compren los preparados farmacológicos que contienen un gramo del ácido graso.  Los productos de venta libre, por el contrario, no contienen concentraciones estables de esa sustancia.

La asociación entre ácidos grasos omega 3 y la prevención de enfermedades cardiovasculares se describió por primera vez en los años 70, cuando investigadores daneses encontraron que el riesgo de sufrir un infarto de miocardio era 10 veces mayor en la población de Dinamarca con que en los esquimales Inuit de Groenlandia. En ese tiempo, los Inuit tenían una dieta basada en carne de ballena y de foca, ambas con muy altas concentraciones de omega 3. Estos hallazgos contradecían las creencias de la época, que decían que la grasa animal era perjudicial para la salud. Luego de estas primeras observaciones, se realizaron varios estudios prospectivos en poblaciones de Europa, América y Asia, que comprobaron que el consumo prolongado de EPA y DHA reduce en aproximadamente un 15% las enfermedades cardiovasculares y las muertes que ellas producen.

El  omega 3 pertenece a la familia de los ácidos grasos poliinsaturados naturales. Como los mamíferos no pueden sintetizar estos nutrientes, deben obtenerlos a partir de su dieta. EPA y DHA ingresan a la cadena alimentaria a través del fitoplancton marino y de los peces.

Los efectos beneficiosos para la salud de los ácidos grasos omega 3 resultan de su efectividad para disminuir el proceso inflamatorio que ocurre en las paredes arteriales y contribuye a la aterosclerosis. Además, tienen conocidos efectos antiarrítmicos y disminuyen los triglicéridos en sangre.

El pescado aporta, asimismo, otros nutrientes importantes para la salud cardiovascular, como vitamina D, selenio e iodo. Pero comer esta carne no es la panacea, también es clave no fumar y hacer ejercicio regularmente.

Fuente: Medicalxpress

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