Varón o nena: ¿una decisión?

Por Francesco Garabello.- Con el asesoramiento profesional, se pueden aumentar las chances de elegir el sexo. Aunque también existen otras técnicas asistidas.

Con el asesoramiento profesional, pueden aumentarse las chances de elegir el sexo del bebé

Están los que esperan la llegada del varoncito a la familia, quienes buscan la parejita o sueñan  con el mundo rosa de las nenas. En materia de fantasías hay para todos los gustos; incluso, no faltan los que afirman que “lo importante es que sea sanito”. Pero, ¿cuál es el mecanismo que determina la formación del sexo en los bebés? ¿De qué depende?

 

“Es un mecanismo genético azaroso que se da en la combinación de cromosomas que se produce en el momento de la fecundación. Tanto el espermatozoide como el óvulo tienen 23 cromosomas, de los cuales uno de ellos es el cromosoma sexual, formado por dos XX en el caso de la mujer y por una X y una Y en el caso de los hombres”, explicó Gabriel Fiszbajn, jefe de medicina reproductiva del Centro de Estudios en Ginecología y Reproducción (CEGyR).

 

En definitiva, el cromosoma de la célula masculina es el que define el sexo del bebé, ya que si un óvulo es fecundado por un espermatozoide X será una nena y, en caso de serlo por un Y será varón.

 

Es decir que en el hombre, “la mitad de sus espermatozoides son X y la mitad son Y, por lo que tienen el 50 % de posibilidades de concebir una nena o un varón; ahora, qué sexo tendrá, nunca se sabe”, afirmó Fiszbajn.

 

 Sin embargo, es sabido que los espermatozoides que poseen un cromosoma X y los que poseen un cromosoma Y son diferentes en cuanto a la velocidad de traslado y en cuanto al tiempo de vida de cada uno de ellos. Es decir, algunos llegan más rápido al óvulo y otros viven más tiempo, lo que da paso a la posibilidad de incidir en la formación del sexo según el momento o día del ciclo en el que se tengan relaciones sexuales y teniendo en cuenta, por supuesto, el momento exacto de la ovulación.

 

“Con el asesoramiento de un profesional, es posible aumentar en un 60 a 70 % la posibilidades de favorecer determinado sexo, pero se trata de una especulación que no siempre garantiza el resultado esperado”, precisó el especialista.

 

En verdad, las variables que intervienen son la velocidad y el tiempo de vida de los espermatozoides X e Y. Éstos últimos son más rápidos que los X, pero viven menos tiempo, razón por la que hay más probabilidades de concebir un varón si la relación sexual se produce el día exacto de la ovulación a que si esta, se realiza de dos a tres días previos.

 

De todos modos, agregó el Dr. Fiszbajn, “no se trata de una receta, son estadísticas que reflejan una tendencia; cada caso es particular, ya que además, en el momento de la concepción, intervienen otros factores”.

 

Por otro lado, desde hace unos años, es posible seleccionar el sexo del bebé en el laboratorio mediante la centrifugación de esperma. Así, esta técnica permite separar los espermatozoides X de los Y, que (por ser más livianos) quedan en la parte superior del semen una vez centrifugados. Luego, se practican técnicas de reproducción asistida de baja o alta complejidad, según el caso, como la inseminación uterina o la fertilización in Vitro. Sin embargo, esta tecnología, no se encuentra disponible todavía en nuestro país.

 

Asimismo, también es posible seleccionar los embriones según el sexo. Esta técnica, llamada diagnóstico genético preimplantatorio (PGD, según su sigla en inglés) es utilizada para  elegir embriones libres de enfermedades, especialmente “en el caso de parejas con antecedentes genéticos ligados a un sexo determinado y en los que la familia es portadora, o presenta una enfermedad», concluyó  Fiszbajn.

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