Si bien se conoce popularmente a las endorfinas como hormonas, en realidad son neurotransmisores derivados de una proteína grande. Son sustancias que produce nuestro cuerpo y nos dan sensación de bienestar naturalmente. Se liberan de distintas maneras, por ejemplo corriendo o cuando nos reímos.
Con la pandemia, en estos dos años, se han incrementado los cuadros de estrés, angustia y depresión en la población. Más allá de la contención y de la ayuda profesional necesaria, también es importante saber que nuestro cuerpo es capaz de producir de manera natural un bienestar físico y emocional que puede ayudarnos a sentirnos mejor en el día a día.
“Existen estudios que muestran que el ejercicio intenso puede desencadenar sensaciones de felicidad, tranquilidad, euforia y creatividad que pueden durar desde unos cuantos minutos hasta varias horas después de haber realizado actividad física intensa. También sucede cuando nos reímos, nos dan un masaje o cuando meditamos”, explica la Jefa de la División Neurología del Clínicas, Dra. María Lourdes Figuerola.
“Además hay liberación de endorfinas cuando nos damos un golpe. Frente al trauma sentimos dolor en el momento mismo, pero al cabo de unos segundos generalmente éste desaparece o se atenúa. Podemos decir que el cuerpo ha reaccionado al dolor liberando las endorfinas necesarias para atenuarlo. Respecto a los beneficios que aportan a nuestra salud las endorfinas, ellas nos dan sensación de bienestar y placidez sumados a los beneficios que aporta el ejercicio físico moderado o intenso hecho con regularidad, ya que es a través de él que logramos la producción y liberación de estos péptidos”, dice la doctora.
“Las endorfinas son una de las sustancias que elabora el cuerpo que pueden aliviar el dolor y dar sensación de bienestar, es un tipo de neurotransmisor. Si bien se la conoce vulgarmente como hormona de la felicidad, es en realidad un péptido neurotransmisor derivado de una proteína más grande. Un péptido es una porción de proteína. Químicamente son péptidos endógenos (proteínas pequeñas producidas por el organismo). Las endorfinas son producto de la ruptura de la proopiomelanocortina que es una proteína grande”, dice la doctora Figuerola.
“Para actuar, las endorfinas se unen con los receptores de los opioides del cerebro y de otras estructuras del sistema nervioso para transmitir sus mensajes químicos. Las zonas del cerebro relacionadas en la liberación de endorfinas para producir analgesia y bienestar se encuentran en el encéfalo y el mesencéfalo”, explica Figuerola.
La doctora Figuerola aclara que las endorfinas no producen ningún tipo de adicción, como por ejemplo al ejercicio físico intenso. “Los receptores que se unen a las encefalinas también se unen a las drogas derivadas del opio como es el caso del opio mismo, la morfina, la heroína y la codeína y antes de conocer la existencia de las endorfinas no era fácil explicar el por qué los efectos de estas últimas sustancias. No se comprendía por qué tenían un receptor en nuestro cerebro que, aparentemente, estaba diseñado para recibirlas. La adicción al ejercicio cae dentro de la categoría de adicción conductual, en la cual el comportamiento de una persona se vuelve obsesivo, compulsivo o causa disfunción en su vida, no es adicción a una sustancia (en este caso encefalinas)”, aclara.
¿Pueden entonces las endorfinas llegar a ser un complemento para superar cuadros de estrés, angustia o depresión?
“Las endorfinas producen sensación de bienestar. La meditación, el masaje, la risa y la actividad física intensa como correr, ayudan a aumentar los niveles de endorfinas de un modo sano. Los alimentos picantes contienen una sustancia llamada capsaicina. Existe la hipótesis que cuando esta sustancia entra en contacto con las papilas gustativas presentes en la lengua, causando cierto grado de dolor, se enviarán señales al sistema nervioso originando endorfinas. Al chocolate también se le atribuye la propiedad de aumentar las endorfinas, sobre todo el chocolate negro puro”, dice la doctora Figuerola.
“Pero las endorfinas no son los únicos opioides endógenos. En 1975 John Hughes, de Aberdeen, Escocia, aisló del cerebro del cerdo dos sustancias que poseían prácticamente la misma actividad opiácea que la morfina, a las que denominó Leucínencefalina (LE) y Metionín-encefalina (ME). En los años 90, en la División Neurología de nuestro hospital se estudiaron los niveles de ME en varios cuadros dolorosos y además la relación de estos opioides con la toma de distintos fármacos destinados al tratamiento y prevención de dolor. Estas investigaciones fueron publicadas en prestigiosas revistas internacionales”, cierra la especialista del Hospital de Clínicas.
Tips para liberar endorfinas
– Hacer ejercicio físico intenso
– Reírse
– Masajes
– Meditación
– Comer alimentos picantes
-Comer chocolate puro