La medicina regenerativa, orientada a la reparación, reemplazo o regeneración de células, tejido u órganos se utiliza para distintas áreas aplicadas o de investigación, pero en la actualidad, también se emplea en tratamientos estéticos ya disponibles en el país. Estas terapias para la belleza de la piel se basan en el cultivo de fibrolastos autólogos, que rellenan espacios y en su criopreservación, para poder usarlos y obtener colágeno futuro.
Muchos pacientes acuden a su consulta dermatológica para poder tratar la falta de elasticidad, flacidez y brillo, así como también las arrugas y manchas. Con el paso de los años, los componentes encargados del sostén de la piel, como el colágeno, la elastina y el ácido hialurónico, comienzan a reproducirse de manera más lenta. Las células encargadas de su producción son las llamadas fibroblastos, que son características del tejido conectivo y rellenan los espacios entre los demás tejidos del cuerpo.
El producto ideal para el tratamiento de los defectos cutáneos es el colágeno, una proteína altamente utilizada en tratamientos de belleza y cirugía plástica, que cuando lo produce el propio cuerpo es totalmente compatible, y por ello, guarda un efecto de larga duración.
La medicina regenerativa es un área interdisciplinaria dedicada a la reparación, reemplazo o regeneración de células, tejidos u órganos. El fin es restaurar o restablecer su funcionamiento normal, afectado por cualquier causa, incluyendo defectos congénitos, enfermedades y envejecimiento. Su objetivo es devolver al paciente la plena salud con respecto a una condición particular que lo aqueja, y desde hace ya algún tiempo se ha convertido en un -must- en lo que a estética se refiere. Precisamente lo que se realiza es el cultivo de fibroblastos autólogos para su posterior uso.
El procedimiento que se realiza consiste en la toma de una pequeña muestra de piel, que se aísla y desde la cual se extraen dichas células para que se reproduzcan en condiciones óptimas. El objetivo final es obtener un aumento tal que, al ser colocadas en un sitio de lesión, puedan producir la cantidad necesaria de colágeno para repararlo.
Es decir, que con esta nueva técnica se consigue aislar fibroblastos del propio paciente, reproducirlos en un medio de cultivo y volver a introducirlos en la zona a tratar en un número muy grande, devolviendo a la piel la capacidad de regenerarse a sí misma en forma natural. Como resultado, se produce nuevo tejido de sostén, mejorando arrugas, secuelas de acné y rejuveneciendo la piel a largo plazo, convirtiéndolo en un protocolo que es usado rutinaria y exitosamente en todo el mundo.
Colágeno a futuro
Gracias a los avances en materia de criopreservación, la muestra puede ser reservada y utilizada en futuras aplicaciones para no tener que repetir el proceso de toma. Uno de los institutos que realiza este servicio es Bioesthetics, con la incorporación de los servicios Genetics, ligado a los avances de medicina regenerativa asociados a la estética.
En concreto, se cuenta con un banco con características únicas para la guarda de las células en caso de que se desee volver a realizar el procedimiento. Dicho sistema, congela las células a una temperatura extremadamente baja, asegurando el correcto mantenimiento del material genético “para siempre”, de modo tal que cuando se utilicen en el futuro, actúen con la potencia correspondiente a la edad en la que fueron obtenidas.