El trabajo remoto se ha convertido en algo sumamente habitual durante la pandemia y, aunque para muchas empresas todavía está por evaluarse si se extenderá este modelo más allá de la contingencia, lo cierto es que trae aparejadas grandes ventajas para los empleados. Si bien es cierto que el drástico cambio en el estilo de vida que hemos tenido este último año generó diversos tipos de alteraciones a la salud, también es importante destacar que el home office mostró beneficios que van desde el ahorro económico, los cambios de hábitos alimenticios, hasta el aumento en la productividad.
Al hablar puntualmente de los hábitos alimenticios, cabe destacar que, si bien es cierto que aún hay mucho camino por recorrer, hay diversas empresas comprometidas con la salud nutricional de sus empleados. Se está tomando cada vez más consciencia de los beneficios que aporta llevar a cabo una alimentación saludable tanto en el clima laboral como en el rendimiento y la productividad. Notamos un cambio en este sentido, y una creciente demanda por parte de las compañías en poder brindar diversos Programas de Alimentación Saludable buscando conocer el estado de salud de sus colaboradores, identificar las problemáticas particulares de cada uno (obesidad, hipertensión, diabetes, etc.) para luego ofrecer como beneficio a sus empleados un programa de seguimiento, con el acompañamiento de nutricionistas para mejorar su calidad de vida y ayudarlos a lograr hábitos más saludables.
En este sentido, es fundamental para el empleador y el empleado entender que una buena alimentación trae beneficios en la salud y en el desempeño laboral. Asimismo, es clave para el empleador que sus colaboradores aprendan los beneficios de tener hábitos saludables, sin duda se verá reflejado en su desempeño. Algunos de los beneficios que podemos mencionar son: combate el cansancio y genera mayor vitalidad, mejora la concentración, previene enfermedades y mejora el estado de ánimo, importante para lograr un buen clima laboral.
El home office no debería ser una amenaza para los buenos hábitos, la clave está en la organización. Aquí, algunos consejos básicos para tener en cuenta:
- Comer sin distracción, hacer una pausa con el trabajo, y no comer frente a una pantalla. Hacer que la ingesta sea a conciencia.
- Beber suficiente agua. Una forma rápida de calcular cuánto deberíamos beber: el aporte de agua segura debe ser del 3,5% de nuestro peso corporal en kilos (aprox 2 ½ lt para una persona de 70 kg).
- Consumir menos alimentos procesados.
- Aumentar el consumo de vegetales.
- Incorporar 4 a 5 porciones de fruta variadas valorando aquellas que son de estación.
- Planificar las comidas, se puede pegar en la heladera un menú con ideas variadas y saludables.
- Realizar actividad física. Podemos aprovechar cualquier tarea doméstica para movernos.
- Crear un ambiente seguro: Planificar las compras para que los productos disponibles en la cocina no nos hagan caer en tentaciones.
- Reducir o eliminar la sal de mesa y el azúcar.
- Descansar bien.
En conclusión, luego de un año de pandemia debemos apreciar las ventajas que trae el home office. Sin embargo, sacarle el verdadero provecho dependerá en gran parte de la predisposición de cada uno y del compromiso por adquirir hábitos más saludables que vuelvan al teletrabajo como una actividad placentera y no dañina para la salud.
*Laura Gisela Gonzalez (M.N. 841) es Coordinadora del Servicio de Nutrición Corporativa del Centro Médico Integral Fitz Roy.