Obesidad: los mitos que hay que descartar

Mitos y verdades de la obesidad (Foto: Pixabay)
Mitos y verdades de la obesidad (Foto: Pixabay)

La obesidad constituye un grave problema de salud pública. Se la califica como la epidemia del siglo, se le destinan recursos económicos y humanos para su prevención y tratamiento a nivel mundial. Pero los resultados son pobres porque hasta tanto no se cambie el modelo alimentario por uno basado en alimentos naturales, en sustitución de ultraprocesados, la epidemia no hará más que crecer amparada en una serie de falsas afirmaciones y de creencias populares. A continuación, el doctor Julio César Montero, médico nutricionista y presidente de la Sociedad Argentina de Obesidad y Trastornos Alimentarios (SAOTA) ayuda a desmitificar las más comunes.

Se puede comer alimentos catalogados como ‘light’ libremente porque tienen menos calorías y no engordan”.

FALSO: Esta afirmación se basa en la falsa creencia sobre las bondades de los comestibles etiquetados como “light o de bajas calorías”. La industria alimenticia agrega a la alimentación componentes (calóricos y no calóricos) que no tienen propósito nutricional pero sí sobre la necesidad de comerlos. Por tanto, se debería clarificar a la población cuáles son los alimentos que podríamos considerar saludables y cuáles son los comestibles de dudosa saludabilidad. En efecto, a través de publicidades y del nombre que se le ponen a los productos, confunden al consumidor.

Los médicos obesistas debemos simplificar las cosas y proponer una vuelta a la alimentación natural, sin ultraprocesados. Porque hay evidencia médica que cuando una persona con sobrepeso u obesidad deja la alimentación ultraprocesada e industralizada se produce una regresión de las patologías metabólicas asociadas a la obesidad.

“Para bajar de peso es necesario eliminar por completo determinados alimentos como dulces, papas, pastas”.

NO ES ASÍ: La dieta debe ser variada y equilibrada. Existe una amplia gama de alimentos apropiados para perder peso y su identificación es muy simple: lo más cercano a cómo lo conocemos en la naturaleza y que provenga de algún tejido que haya estado vivo. Muchos de estos son ricos en proteínas y otros en fibra. Fruta fresca, verduras y tubérculos, carnes, huevos, integran la lista de los saludables. Este conjunto alimentario suele ser pobre en carbohidratos y rico en proteínas y fibra con cantidades variables de cuerpos grasos.

“Con dieta y actividad física es suficiente para bajar de peso”.

ES UN MITO: La actividad física ayuda en un tratamiento y es importante para la salud pero no es fundamental para bajar de peso. La cantidad de grasa corporal depende más de lo que comemos mientras que la forma del cuerpo se logra con ejercicio sobre el músculo. Es decir, una dieta alimentaria no logrará que la persona saque bíceps pero sí le quitará la grasa de alrededor del músculo. La dieta impacta más sobre la grasa corporal y el ejercicio físico, sobre el músculo trabajado.

¿Cómo revertir estos cuadros?

Decidir revertir el sobrepeso o la obesidad implica una reestructuración cognitiva del conjunto de conocimientos que tiene la persona y que, de alguna manera, gobiernan sus comportamientos, sus tareas, sus objetivos. La persona tiene que invertir en eso para poder cambiar su vida. Se trata de un proceso individual, con el acompañamiento del médico especialista.

Adicionalmente, algunos pacientes son buenos candidatos para coadyuvar el tratamiento con farmacoterapia antiobesidad que funciona interfiriendo los circuitos hedonísiticos. Estos fármacos alivian la ansiedad por comer y eso crea la condición más favorable para introducir los cambios alimentarios.

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