Ponerse a entrenar es priorizarse a uno mismo

¿Cuántas veces las personas ponen cuestiones ajenas por sobre su propio bienestar, como la familia, el trabajo o los hijos? Pero para ocuparse, primero hay que estar bien y ejercitarse es clave para la salud física y mental.

Entrenarse es también priorizarse. (Foto: Pixabay)

Cuando yo era chico mi vieja me decía: “Hay un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar. Hay un tiempo para cada cosa y cada cosa a su tiempo».  Eran otros tiempos y otras formas de pensar. Pero qué bueno sería poder aplicar esas ideas en la actualidad.

A la hora de ocuparnos de nosotros, por ejemplo, ¿cuándo somos una prioridad para nosotros mismos?

Cuando viajás en avión y los auxiliares de a bordo te dan las pautas de seguridad, ¿a quién le dicen que le pongas la mascarilla primero en caso de emergencia, a vos o a tu hijo? ¡Vos sos tu prioridad!

En los cursos de primeros auxilios, la premisa fundamental para poder auxiliar a alguien es que la escena sea segura para nosotros. Recién después podemos asistir a otros.

Entonces te pregunto a vos, que estás leyendo esto en tu sillón, ¿qué estás haciendo por tu bienestar, por tu salud y por tu cuerpo?

Sin dudas, el sedentarismo y el aislamiento social están entre las primeras causas de muerte. Y así como en los orígenes fue un antes y un después de Cristo, en nuestros tiempos es un antes y un después de la cuarentena.

Tenía alumnos adultos mayores que disfrutaban de venir al gimnasio a tomar sus clases y hoy la cuarentena les dejó de «regalo» un andador y un miedo terrible a cualquier evento que les demande salir de su casa. Otros en cambio, se hicieron «amigos» de la tecnología y siguieron haciendo sus clases de manera virtual y hoy están en mejor estado que alumnos mucho menores.

Esto sucede porque los alumnos menores – es decir, los adultos o los adultos jóvenes- «siempre» tienen otras prioridades como trabajo, hijos y estudio. Además, durante este aislamiento debieron multiplicar sus esfuerzos y templar su carácter. Por todo ello, también se encuentran con otro cuerpo, otra voluntad y la gran mayoría está leyendo esta columna en su sillón.

Hoy los invito a todos a hacer algo distinto. Hoy no se trata de estética, se trata de salud física y mental. De recuperar la confianza y saber que si no funciona el ascensor, vas a poder subir hasta el octavo piso sin «morir en el intento”. Vos sos tu prioridad y entrenar sólo se trata de sentirse mejor.

Te aseguro que hay un plan de entrenamiento a tu medida que te está esperando, que en el gimnasio hay una clase y un profe que te van a hacer vivir una experiencia diferente y que, sin dudas, el esfuerzo más grande que tenés que hacer es tomar la decisión y levantarte.

Los invito a todos a probar. Obvio que el sillón está buenísimo, pero también es genial levantarte del sillón sin tener que agarrarte de todos lados para tomar envión y quejarte del dolor de cintura o de rodillas.

Probá hacer algo distinto, probá una clase en el gimnasio, en la plaza, con un personal trainer. Probá sentirte diferente, redescubrí tu cuerpo, activá tus músculos, ocupate de vos.

Después, cuando estés abajo de la ducha, vas a sonreír por el orgullo que vas a sentir por haber hecho algo diferente y ponerte en marcha, estoy seguro de eso.

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