Al concluir la rutina de actividad física diaria, la sensación de bienestar es inmediata, debido a que se liberaron endorfinas. Siente que la tarea fue cumplida, pero esto no debe jugarle en contra y caer en el error de “premiarse” con cualquier alimento que se presente en su camino.
Además, tanto el metabolismo como el cerebro se toman un tiempo para adaptarse a un nuevo cambio de hábitos. Ya sea que comenzó a entrenar en el último tiempo o que ya entrenaba pero cambió la modalidad o intensidad, su organismo se tomará su tiempo para entender esa modificación.
Para no tirar por la borda el esfuerzo realizado en la hora previa, hay que tener especial cuidado de no abalanzarse sobre los alimentos que están en su alacena y en la heladera. Una herramienta muy útil es dejar todo planificado, ya sea desde el inicio de la semana o día por día. La organización es fundamental para que los esfuerzos den sus frutos y llegar a buen puerto.
Lograr un equilibrio
Si desea adelgazar o mantenerse en su peso actual, una palabra que debe tener siempre presente es el “equilibrio”. Esto significa que debe realizar una dieta con alimentación balanceada y ejercicio físico acorde, que pueda tolerar. Los resultados mágicos no existen. Bajar de peso y sostenerlo lleva tiempo.
Tenga en cuenta que no es lo mismo adelgazar que disminuir la grasa corporal. Las dietas restrictivas y el ejercicio aeróbico intenso lo harán bajar de peso, pero de esta manera no solo perderá grasa, también agua y masa muscular.
Para lograr resultados duraderos, la dieta como la actividad física deben estar controlados. Tanto la dieta como la actividad física deben ser variadas y equilibradas.
Antes del entrenamiento
Para evitar sentirse mal durante el entrenamiento, es fundamental consumir algún alimento al menos 30 minutos antes del inicio. Así logrará tener más energía para ejercitarse y evitará los dolores de cabeza que pueden surgir por tener el estómago vacío.
El refrigerio debe brindarle energía. No opte por opciones muy abundantes, ya que lo harán sentirse pesado y cansado, lo cual es malo para abordar un entrenamiento.
Los mejores alimentos para comer previo al ejercicio son los hidratos de carbono, que brindan energía y son fáciles de digerir.
Algunas opciones son una barra energética (no cualquier barra de cereal), una fruta (la mejor opción es la banana), un bowl de cereal de granos o avena con miel, una rebanada de pan con una cucharadita de mermelada bajas calorías, una barra de granola con frutos secos. Estas son solo algunas opciones. Busque las mejores alternativas para usted.
Alimentos ideales post gimnasia
Ingerir algo después del ejercicio también es fundamental, aunque hay que tener en cuenta que no todos los alimentos dan lo mismo.
Antes que nada, debe tener presente que ingerir algo sólido entre los 15 y 30 minutos, posteriores desde que terminó su entrenamiento, es esencial para optimizar los beneficios del ejercicio.
Los alimentos ricos en proteínas son la mejor opción para reconstruir los músculos y quemar grasas.
Algunas opciones post actividad física son un licuado de banana con leche, un huevo duro con cinco nueces o diez pistachos, dos rollitos de jamón y queso, un yogurt, un omelette con palta. Puede optar por otras alternativas, las opciones son innumerables.
Estar siempre hidratado
Tomar agua es fundamental antes, durante y después del ejercicio para evitar la deshidratación. Aunque sienta que no tiene sed, beba agua de a sorbos pequeños, para que no le caiga pesada. Muchas veces, el organismo confunde la sed con hambre. Estar bien hidratado, además de ayudarle a no descomponerse durante el entrenamiento, le brindará sensación de saciedad.