Cuando yo era chico me molestaba muchísimo que en mi casa solo se usaran las cosas «tope de gama» cuando venían las visitas o que se pintara la casa solamente cuando iba a haber un gran evento.
Por cierto, hay un chiste muy malo por cierto que dice:
-¿Qué hace una persona poco inteligente cuando tiene frío?
-Se para frente a una estufa
-¿Y si tiene mucho frío?
-La enciende.
Llevando esto a mi campo de acción:
-¿Qué hace una persona si quiere sentirse mejor y estar en forma?
-Contrata y paga un personal trainer.
-¿Y si además tiene un objetivo claro y mucha voluntad?
-Toma las clases.
Un poco en chiste y un poco en serio, suelo decir que voy a escribir un libro titulado «101.000 excusas para no entrenar». Es hasta divertida la cantidad y variedad de excusas que ponen muchos alumnos para no tomar sus clases. También es hilarante cuando llevan adelante su plan de entrenamiento y me dicen cosas como “ya te hice la serie de abdominales” ¡Como si la hicieran por mí! (Bastante trabajo encima ya tienen los míos).
Pasa muchas veces, más en estos tiempos, que la gente posterga y condiciona una decisión tan sencilla como empezar a entrenar por falta de voluntad. “Que mejor empiezo el lunes”; “que mejor a principio de mes”; “que me tengo que comprar ropa”; “que no tengo tiempo “. Todos temas que se solucionan nada más y nada menos que ¡con voluntad!
¿Cuántas de ustedes no entraron en pánico cuando se enteraron de que se casaba su mejor amiga y no sabían si les iba a quedar bien el vestido que pensaban usar para esa ocasión? ¡Y eso funcionó como disparador para empezar a cuidarse con la comida y entrenar!
Es lo mismo que poner el mejor mantel para cuando vienen las visitas en lugar de disfrutarlo todos los días que tengamos ganas. ¿Por qué no activarnos para disfrutar de nuestro cuerpo en mejor forma y con salud?
Suele pasar también que muchas personas que deciden entrenar quieren resultados inmediatos, como si fuera una publicidad de «llame ya «, y si no los consiguen, desisten.
Diez kilos, por poner un ejemplo, no se suben en un mes. ¿Quién podría pensar que entrenando dos horas por semana sería saludable bajarlos en un mes?
Definitivamente, entrenar solo se trata de sentirse mejor y es más que importante entender que para lograr resultados diferentes, hay que hacer cosas diferentes, hay que tener voluntad, sincerarse con uno mismo y saber que nada es sencillo.
Ya sea que tu objetivo sea bajar de peso, recuperarte de una lesión, lograr que te quede bien el vestido o simplemente sentirte mejor, lo que necesitás es ponerte en marcha.
De las 168 horas que tiene la semana, aunque sea, como mínimo, dedicale 2 horas a entrenar y las otras 166 horas te aseguro que te vas a sentir mucho mejor.
