Se detectan 6 casos de cáncer de hígado por día en Argentina

Cómo disminuuir el riesgo de cáncer de hígado (Foto: Pixabay)
Cómo disminuuir el riesgo de cáncer de hígado (Foto: Pixabay)

El hígado cumple más de 200 funciones importantes, como el filtrado de la sangre y la producción de bilis. Es el único órgano que puede volver a crecer, regenerándose completamente, necesitando tan sólo un cuarto de su tejido original para lograrlo. Contiene mucha sangre; por momentos, hasta el 10% del total circulante. Por todo esto, los especialistas destacan la importancia de prevenir el desarrollo de enfermedades hepáticas graves, por ejemplo, de fibrosis avanzada, que puede favorecer la génesis del hepatocarcinoma, el tipo de tumor hepático más frecuente.

Dentro de los factores de riesgo más vinculados al desarrollo de este tumor, resulta vital destacar al hígado graso, frecuentemente asociado a obesidad, diabetes y a los hábitos de estilo de vida, el alcoholismo, y la presencia de hepatitis virales crónicas.

Las últimas cifras de la Organización Mundial de la Salud muestran que hay más de 900 mil nuevos casos de cáncer hepático por año y la mayoría de las veces se detectan en estadio avanzado, cuando su abordaje es más complejo y su pronóstico más delicado. En Argentina, a pesar de que no contamos con registros robustos de incidencia de cáncer, a partir de estadísticas internacionales se calcula que hay más de 2.300 casos por año, lo que se traduce en cerca de 6 nuevos diagnósticos cada día. Además, preocupa a nivel mundial la estimación de que la cantidad de diagnósticos anuales crecerá un 75% para el año 2030.

“El incremento de casos de cáncer de hígado es una realidad en Argentina y en el mundo. Es una enfermedad oncológica muy asociada al estilo de vida, lo que la transforma en sumamente prevenible si se abordan a tiempo sus factores de riesgo, que son la diabetes, la obesidad y el sedentarismo, que ocasionan hígado graso, además del alcoholismo y las hepatitis virales”, sostuvo el Dr. Fernando Cairo (MN N° 104.375), médico hepatólogo, subjefe de Trasplante Hepático del Hospital de Alta Complejidad en red ‘El Cruce’ Dr. Néstor Carlos Kirchner, Staff de la Unidad de Trasplante Hepático del Hospital Británico de Buenos Aires, ex presidente de la Sociedad Argentina de Hepatología y presidente del XXI Congreso Argentino de Hepatología.

Llevar un estilo de vida saludable es clave para prevenir esta enfermedad, así como también lo son tener completo el esquema de vacunación contra la hepatitis B (primera vacuna contra el cáncer de hígado) y realizarse los tests de hepatitis B y C al menos una vez en la vida para descartar que la persona porte algunos de estos virus, que van dañando el órgano lentamente sin dar síntomas, y pueden favorecer el desarrollo de cirrosis y cáncer de hígado”, sostuvo el Dr. Ezequiel Mauro (MN N° 129.769), médico hepatólogo de la Unidad de Hepatología y Trasplante Hepático del Hospital Italiano de Bs. As, y Director de la Coordinación de Hepatitis Virales del Ministerio de Salud de la Nación.

“La incorporación de la vacuna contra la hepatitis B en el calendario de nacional de inmunizaciones y la disponibilidad de tratamientos seguros y altamente efectivos contra las hepatitis virales hizo disminuir la incidencia de este tipo de enfermedades como desencadenantes de cáncer hepático, pero el incremento sostenido de las tasas de sobrepeso y obesidad, reflejadas en cada nueva Encuesta Nacional de Factores de Riesgo anticipan que el principal causante del cáncer de hígado sea el hígado graso (no alcohólico) y no las hepatitis crónicas”, puntualizó el Dr. Mauro.

De todos modos, para favorecer un diagnóstico a tiempo, es importante destacar que, en línea con los factores de riesgo mencionados previamente, existen determinados grupos con mayores chances de desarrollar cáncer de hígado y son aquellos, por ejemplo, con enfermedad hepática previa, como una hepatitis viral y/o cirrosis. Con ese grupo, el equipo médico tratante debe llevar un seguimiento periódico para realizar determinados estudios que permitan detectar lo antes posible el desarrollo de enfermedad oncológica”, agregó el Dr. Cairo.

“Es muy importante la confianza lograda entre el paciente y su médico. Es clave para que, en ese diálogo entre ambos, el paciente se convenza de los beneficios de seguir controlando periódicamente su salud hepática, a pesar de sentirse bien y de haber curado su hepatitis o haber bajado de peso y haber mejorado otros parámetros de salud. En los grupos de pacientes, insistimos mucho en que el camino es largo y hay que transitarlo para que una enfermedad como el cáncer no nos sorprenda tarde”, sostuvo Rubén Cantelmi, Presidente de la Asociación Civil Buena Vida.

En la misma línea, María Eugenia de Feo, Presidente de la Fundación HCV Sin Fronteras, hizo hincapié en que el seguimiento médico debe ser bien estrecho en los pacientes que representan grupos en riesgo, para no darle ventaja a esta enfermedad. Además, “es indispensable trabajar para lograr un mejor acceso al Sistema de Salud, para que quienes atraviesan una enfermedad hepática, y se encuentran en mayor vulnerabilidad por ello, puedan acceder en tiempo y forma a los controles periódicos y lo que sus médicos consideren que necesitan para cuidar su salud”, sostuvo.

Cuanto antes se diagnostique el cáncer de hígado, mejores serán las chances de tratar e inclusive de lograr curar la enfermedad: las opciones para las distintas etapas de tratamiento son cirugía, ablación por radiofrecuencia, trasplante hepático, quimioembolización transarterial (introducción de un catéter para restringir el suministro de sangre que nutre al tumor), radioterapia interna por embolización, quimioterapia y se destaca el uso de inmunoterapia como un nuevo estándar de tratamiento para este tumor.

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