Pedir a los restaurantes de la ciudad de Nueva York que coloquen indicadores de calorías en los menús infantiles tuvo poco efecto sobre la reducción de la ingesta calórica en niños y adolescentes, informaron el martes investigadores de EEUU.
Los expertos hallaron que los más jóvenes notaban que las calorías estaban detalladas en la carta, pero su presencia hacía poca diferencia a la hora de hacer el pedido. A su vez, señalaron que el sabor era el factor más importante para este grupo etario para su decisión.
El estudio, publicado en la edición en Internet del “International Journal of Obesity”, desafía la idea de que el etiquetado calórico afecta la conducta de compra de los jóvenes o de los padres a la hora de adquirir alimentos para sus hijos.
«Esto significa que vamos a tener que repensar qué intervenciones serían más efectivas», dijo el doctor Brian Elbel, de la New York University, quien dirigió el estudio.
La colocación obligatoria del detalle de calorías en los menús en los restaurantes es parte de la nueva ley sanitaria impulsada por el presidente estadounidense Barack Obama con el fin de reducir las tasas de obesidad, uno de los mayores desafíos que enfrenta el país.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) señalan que dos tercios de los adultos estadounidenses y el 15% de los niños tienen sobrepeso. En algunos estados, la tasa de obesidad infantil supera el 30%.
Consumidores mejor informados
Nueva York se convirtió en la primera ciudad de EEUU en intentar atacar la epidemia de obesidad al solicitar en el 2008 a las cadenas de comida rápida que coloquen en los menús una lista de las calorías que contienen sus alimentos. La esperanza era que consumidores mejor informados tomarían decisiones alimenticias más acertadas.
Los investigadores de la New York University querían ver cuán efectiva es la ley de la ciudad a la hora de hacer pensar dos veces a los padres y a los jóvenes sobre el consumo de alimentos elevados en calorías.
Los expertos se focalizaron en cuatro de las cadenas más amplias de Nueva York: McDonald’s, Burger King, Wendy’s y KFC de Yum Brands Inc .El equipo comparó su comida con la comprada en restaurantes de Newark, en Nueva Jersey, que no tenían el etiquetado calórico obligatorio.
Los investigadores hallaron que después de iniciado el etiquetado, el 57% de los adolescentes de Nueva York encuestados había notado la presencia de la información calórica pero sólo el 9% dijo que esos datos influyeron en sus opciones alimenticias.
«Lo que no vimos es ningún cambio en la cantidad de calorías (consumidas) antes y después de que se inició el etiquetado», indicó Elbel. «Tampoco observamos cambios en la cantidad de calorías que elegían los padres para sus hijos», añadió.