Las mujeres se ven más afectadas que los hombres por la intromisión del trabajo en la vida privada a través de correos electrónicos, llamadas telefónicas y mensajes de texto, e informan mayores niveles de angustia o estrés psicológico, según reveló un nuevo estudio.
Aunque suelen lidiar muy bien tanto con las demandas laborales como del hogar, sienten más culpa al ser contactadas por jefes, colegas o clientes cuando están en casa.
«Esta culpa parece ser el núcleo de su angustia», dijo Paul Glavin, de la University of Toronto y principal autor de la investigación.
Los científicos analizaron información de 1.042 trabajadores estadounidenses. Los hallazgos, publicados en Journal of Health and Social Behavior, mostraron que para las mujeres la culpa persiste aun si la irrupción laboral no interfiere en su vida familiar.
«En las mujeres, los niveles de culpa y angustia parecen estar relacionados con bastante fuerza con la frecuencia del contacto. Las mujeres experimentan, en promedio, un aumento de esas sensaciones a medida que se incrementan los niveles de ese contacto», explicó Scott Schieman, coautor del informe y profesor de la University of Toronto, en Canadá
Los hombres que recibían frecuentes llamadas o mensajes de texto ligados al trabajo fuera del horario laboral se veían menos afectados que las mujeres.
Schieman agregó que los resultados eran consistentes, más allá de la edad de las personas de sexo femenino, con su estado civil o de maternidad o con el nivel socioeconómico.
El experto sugiere que aunque las mujeres se hayan vuelto proveedoras económicas en los hogares de doble ingreso, tienen diferentes expectativas que los varones sobre las fronteras que separan la vida laboral de la familiar.
«Esto llevaría a algunas a cuestionar o evaluar negativamente su desempeño familiar cuando tratan de resolver problemas de trabajo en el hogar», añadió Schieman.