Una directiva europea sobre las donaciones de órganos será aprobada antes de junio en Estrasburgo para estimular, coordinar y delimitar las prácticas en materia de transplantes en Europa, indicaron varios participantes en una conferencia sobre el tema en Madrid.
La futura directiva, que tiene como finalidad uniformar la calidad y seguridad de los trasplantes en Europa, se acompañará de un plan de acción destinado a aumentar la donación de órganos, explicó la ministra española de Sanidad, Trinidad Jiménez.
«El objetivo es salvar 20.000 personas más al año» al estimular la cooperación entre los países europeos y «tomando el ejemplo de España, líder mundial en materia de donaciones», explicó Jiménez.
España, que preside la Unión Europea (UE) hasta finales de junio, es desde hace 18 años el país con más elevada tasa de donación de órganos: 34,4 personas por millón de habitantes, frente a los 18,1 de promedio en Europa, recordó la ministra.
El texto, que podría ser adoptado desde mayo en primer lectura en el Parlamento Europeo, en Estrasburgo, Francia, tiene como finalidad «satisfacer mejor una demanda muy elevada», explicó el eurodiputado eslovaco del PPE Miroslav Mikolasik, quien fue uno de los conferenciantes.
La ministra portuguesa de Sanidad, Ana Maria Teodoro Jorge, dijo que «10 ciudadanos del continente mueren cada día esperando un trasplante», mientras unos 60.000 europeos esperan un órgano.
«Hay casos excelentes como España y otros terribles como Bulgaria», país con una tasa de un donante por cada millón de habitantes, dijo Mikolasik, para quien Europa debe «inspirarse en ejemplos como España».
La directiva establecerá claramente el carácter «gratuito y voluntario» de la donación, principio sobre el que existe unanimidad en Europa, añadió Mikolasik.
El otro objetivo del texto es combatir el tráfico de órganos y el fenómeno del «turismo de transplante»: pacientes ricos que viajan a países como China para recibir órganos.
«Es necesaria una cultura común europea de trasplantes basada en la gratuidad para evitar justamente el tráfico», estimó el diputado socialdemócrata alemán Jo Leinen.