Consumir grandes cantidades de té a diario incrementa el riesgo de cáncer de próstata, según concluyó un estudio de científicos británicos. De acuerdo a los investigadores de la Universidad de Glasgow, Escocia, tomar más de siete tazas al día aumenta en un 50% las posibilidades que los hombres desarrollen esa enfermedad.
El doctor Kashif Shafique, a cargo del estudio, reconoció que trabajos previos habían indicado que no existía vínculo entre el consumo de té negro y el cáncer de próstata, o efectos preventivos en el caso de la ingesta de té verde.
«Aunque aquellos que toman té suelen llevar vidas mas saludables y vivir por más tiempo, también descubrimos que existe un vínculo con el cáncer de próstata, que ocurre más frecuentemente en ese grupo», destacó el experto.
Los científicos del Reino Unido examinaron la salud de unos 6.000 pacientes de edades comprendidas entre los 21 y 75 años, durante un período total de 37 años. Los voluntarios suministraron información acerca de su ingesta de té negro, café y bebidas alcohólicas, como también sobre hábitos de fumar y de su salud general.
Un cuarto de los hombres que participaron del estudio dijeron ser consumidores de mucho té negro. De ese total, un 6,4% terminó con cáncer de próstata durante el curso de la investigación médica.
Y aquellos que ingirieron más de siete tazas de té negro al día registraron un 50% más de riesgo de contraer la enfermedad, que aquellos que no consumieron té o lo hicieron en dosis menores.
«Descubrimos que las personas que beben mucho té tienden a no ser obesas, consumen poco alcohol y poseen niveles de colesterol bajos. Sin embargo, el análisis también determinó que ese grupo está más en riesgo de contraer el cáncer de próstata», destacó Shafique, cuyas conclusiones fueron publicadas en la revista Nutrition and Cancer.
Cada año 41.000 hombres en el Reino Unido son diagnosticados con la patología, de los cuales 11.000 fallecen. La enfermedad se desarrolla más frecuentemente en individuos mayores de 50 años.
Es el segundo tipo de cáncer más común en hombres. Sin embargo, muchos de quienes lo desarrollan no presentan síntomas, ni son sometidos a terapia.
Diversos factores, incluyendo la genética y la dieta, han sido implicados en su aparición, pero hasta la fecha, las modalidades de prevención primaria conocidas son insuficientes para eliminar el riesgo de contraer la enfermedad.
Los voluntarios que participaron del estudio británico consumieron té negro tradicional, en lugar del té verde, que ha sido demostrado posee propiedades anti-cancerígenas.
El té negro contiene muchos menos flavonoides que el té verde. Éstos protegen del daño de los oxidantes, como los rayos UV, la polución ambiental (minerales tóxicos como el plomo y el mercurio), y algunas sustancias químicas presentes en los alimentos, como colorantes, conservantes, etc.
«La asociación entre el consumo de té negro y el cáncer de próstata debe ser investigado en nuevos estudios epidemiológicos en relación con las diferentes composiciones del té», destacó el estudio de la Universidad de Glasgow.