• En la actualidad una de cada tres personas fuma en el mundo.
•Argentina posee una de las tasas de tabaquismo más alta en América Latina: alrededor de ocho millones de personas fuman, 100 mueren por día a causa del tabaquismo, de los cuales 15 son fumadores pasivos.
• No hay diferencia entre el daño que se produce en el fumador activo y el pasivo
• Fumar duplica el riesgo de enfermedad coronaria y aumenta el peligro de enfermedades pulmonares crónicas como la bronquitis.
•Los niños expuestos al humo presentan asma y síndrome de muerte súbita con mayor frecuencia.
• El cigarrillo es responsable del 90% de los casos de cáncer de pulmón. También provoca el de esófago, páncreas y vejiga, entre otros.
• La mujer embarazada que fuma tiene mayor riesgo de tener un bebé con bajo peso y defectos de nacimiento.
• Otras complicaciones del vicio son la fragilidad de los huesos y el mayor riesgo de fractura de cadera en las mujeres, úlcera gástrica e impotencia.
Dejar de fumar
Es difícil, pero no imposible. En general, hay que intentarlo repetidas veces. Las recaídas no deben considerarse un fracaso, cada período sin fumar es una victoria y cuanto más dure, mejor.
Para iniciar el camino del “chau cigarrillo” puede resultar útil seguir estos pasos:
• Tomar la decisión de dejar de fumar y fijar una fecha (no muy lejana) muchas veces es más efectivo dejar completamente que gradualmente.
• Compartir esta decisión con familiares, amigos y compañeros de trabajo y pedirles su colaboración.
• Revisar los intentos anteriores para descubrir qué ayudó, qué no ayudó y qué contribuyó a la recaída.
Los métodos para dejar de fumar comprenden cambios de hábitos y tratamientos con drogas específicas. Los primeros incluyen reducir el estrés, hacer ejercicio, aprender técnicas de relajación, disminuir el tiempo compartido con fumadores y controlar la ansiedad oral con sustitutos como chicles sin azúcar, zanahoria o manzana.
Es aconsejable evitar el alcohol y el café. También es relevante contar con el apoyo y la contención de familiares y amigos y participar en grupos de autoayuda. A su vez, algunas prácticas alternativas como la hipnosis y la acupuntura pueden dar buenos resultados.
Por su parte, los tratamientos con drogas comprenden las terapias de reemplazo de la nicotina con chicles y caramelos, parches cutáneos, spray nasal etc. y también existen fármacos específicos como la vareniclina o el bupropión.