Bioingenieros y médicos estadounidenses lograron crear una oreja artificial con impresión 3-D y moldes inyectables que se ve y actúa como un oído natural, informó la agencia de noticias Europa Press.
El órgano generado artificialmente aporta esperanzas a los miles de niños que nacen con una malformación congénita llamada microtia, que ocurre cuando el oído externo no está completamente desarrollado.
En un estudio de la Universidad de Cornell, publicado en Plos One los ingenieros y médicos describen cómo con impresión 3-D y geles inyectables crearon células vivas para orejas que son prácticamente idénticas a las humanas.
Durante un período de tres meses, estos oídos flexibles desarrollaron cartílago para reemplazar el colágeno que se utiliza para moldear. Por ende, pueden ser la solución para los cirujanos reconstructivos que desde hace mucho tiempo desean ayudar a los niños que nacen con deformidades en el área, opinó el coautor principal del estudio, Jason Spector, director del Laboratorio de Medicina y Cirugía Bioregenerativa y profesor asociado de Cirugía Plástica en el Weill Cornell.
Según Spector, la sustitución del oído por bioingeniería también ayudaría a las personas que han perdido parte o la totalidad de las orejas en un accidente o a causa del cáncer y así reemplazar a los “oídos de repuesto” se suelen ser construidos con materiales como espuma de poliestireno, o, a veces, con la costilla de un paciente, lo que significa una opción «difícil y dolorosa para los niños, además de que los oídos raramente un aspecto completamente natural o no desempeñan bien su función».
Para desarrollar estos reemplazos novedosos, el equipo de Bonassar Lawrence, profesor asociado de ingeniería biomédica, empezó con una imagen en 3-D digitalizada de la oreja de un sujeto humano y la convirtieron en «sólida» tras utilizar una impresora 3-D para ensamblar un molde. Desarrollada con gel de alta densidad, posee una consistencia similar a la de la gelatina cuando se retira el molde y el colágeno sirve como un andamio sobre el cual el cartílago puede crecer.
«Se necesita la mitad de un día para el diseño del molde, un día o dos para imprimirlo, 30 minutos para inyectar el gel, y se puede quitar la oreja 15 minutos más tarde y dejarla durante varios días en medios de cultivo celular nutritivos antes de su implantación», especificó Bonassar Lawrence para luego agregar que todo el proceso “ es relativamente rápido”.
La incidencia de microtiavaría de entre 1 a más de 4 por cada 10.000 nacimientos al año. Muchos de los niños que nacen con esta deformidad tienen el oído interno intacto, pero presentan pérdida experiencia auditiva debido a la falta de estructura externa.
«El uso de las células humanas, especialmente las del mismo paciente, reduciría la posibilidad de rechazo», dijo Spector, quien agregó que el mejor momento para implantar una oreja de bioingeniería en un niño sería sobre los de 5 o 6 años de edad, cuando las orejas están al 80 por ciento de su tamaño adulto.
Si se detecta su total seguridad en el futuro y las pruebas de eficacia funcionan, el experto destaca que se podría realizar el primer implante humano en un oído en tan sólo tres años.