Los nervios y el estrés son las principales causas del efecto temporal de la halitosis, la cual provoca que a mayor tensión haya peor aliento. Reconocida como una «enfermedad social», puede ser ocasional o crónica y esta última variante posee causas diversas. En general se produce por falta de oxígeno en la boca, pero también por la ingesta de determinados productos y medicamentos.
Según la doctora Liza Marigo Klein, experta en halitosis, especializada en prótesis dentales, dijo que «algunos de los causantes de la halitosis temporaria son la fiebre, dormir durante más de media hora luego de comer, los fármacos, la quimioterapia, el cigarrillo, el alcohol, la falta de ingesta de alimentos por un período largo de tiempo, no tomar mucho líquido en el día».
En cuanto al caso de la halitosis crónica, Klein sostiene que «los desencadenantes tienen más que ver con una placa bacteriana que se produce en la lengua y que alberga bacterias anaeróbicas; éstas proliferan en sitios como encías inflamadas, espacios interdentarios, pliegues de la lengua, y otros».
Entre las causas que producen halitosis están las extrínsecas o externas como el consumo de tabaco, el alcohol y ccomidas como la cebolla, ajo y ciertos picantes, ya que las sustancias absorbidas en el sistema circulatorio pueden ser liberadas en el aire expirado del pulmón o en la saliva como compuestos odoríferos volátiles derivados de las comidas. En cambio las causas intrínsecas son orales y sistémicas.
Usando métodos de espectrometría de masa y cromatografía gaseosa, se identifican varios compuestos sulfurados volátiles, causantes de putrefacción bacteriana oral, encontrados en el aire exhalado. La intensidad del mal aliento está asociada con el incremento de los niveles intraorales de estos compuestos.
Cuestión de aire
Suelen ser las condiciones menos frecuentes de la halitosis, pero afecciones del tracto respiratorio, secreciones post nasales, anomalías craneofaciales y varios tipos de infecciones pulmonares como los abscesos anaeróbicos pulmonares, pulmonía necronizante y carcinomas en el tracto respiratorio pueden causarla.
El síndrome de Sjögren, secuelas de una terapia radiante contra el cáncer o distintos medicamentos, son capaces de provocar mal aliento.
El problema de la halitosis llega a formar obsesiones en muchas personas que, por ejemplo, se quejan de tener mal aliento cuando en realidad no es así, pero están convencidas de lo contrario y esto llega a afectar su vida social.
El término “halitofobia” ha sido aplicado a los pacientes que insisten en que tienen mal aliento sin ser diagnosticado por procedimientos de detección preestablecidos.
Contrariamente, algunas personas tienen mal aliento y están completamente inadvertidas de ello. Para determinar si la consulta del paciente es debida a causas intraorales, es necesaria una meticulosa historia médica y dental. Muchas condiciones sistémicas pueden ser las causas exclusivas o parciales del problema.
Los análisis que son usados pueden ser divididos en directos e indirectos. Los primeros incluyen hacer una determinación de sustancias conteniendo sulfuros odoríferos por halimetría o cromatografía gaseosa.
Los métodos indirectos se usan para evaluar los productos generados por microorganismos in vitro. La cromatografía gaseosa, permite la identificación y cuantificación de componentes individuales en la muestra de aire, aún cuando estén presentes niveles extremadamente bajos de concentración de gas y cuando existan productos aromatizados como desodorantes bucales que puedan enmascararlo.
Existe en el mercado un detector industrial producido para la NASA, adaptado para los gases asociados al mal olor. También está disponible un método para determinar la actividad de ciertos elementos que contribuyen al hedor. Consiste en incubar muestras de saliva de placa bacteriana y lingual.
Los pacientes con mal olor de origen nasal o tonsilar, es decir, la región de las amígdalas, pueden ser tratados por un otorrinolaringólogo, para lo cual utilizará un láser específico de dióxido de carbono.
Los pacientes con diabetes mellitus no controlada pueden emitir aliento cetónico, causado por una disfunción metabólica, lo que conduce a la producción de acetonas y otras ketonas, por la diversidad de causas que ocasiona la enfermedad.
La halitosis es uno de los problemas de salud con mayores consecuencias sociales , porque quien lo sufre o cree sufrirlo, se aísla alejándose del resto, sin saber que, en la gran mayoría de los casos es absolutamente solucionable.
La verdadera lucha contra la halitosis siempre empieza por casa
Al momento de pensar de qué modo encarar este problema, se supone que la salida es sólo médica. Sin embargo, existen soluciones caseras para el menos, controlarlo. Aquí, algunas de ellas, aunque si la halitosis persiste se debe consultar a un especialista.
• Después de haber cepillado sus dientes, disuelva una par de cucharadas de sal en agua tibia; con esta solución haga buches. Esto elimina bacterias y previene el sarro.
• Prepare su propio enjuague bucal «especial» para utilizar tras el cepillado. En medio litro de agua potable, hervir dos cucharadas de salvia roja, dejar reposar por 20 minutos.
• El perejil es un buen aliado. Hervir un manojo de perejil y tres clavos de olor, colar el líquido y hacerse buches con esta preparación. También, masticar las hojas crudas, ayuda a combatir las bacterias y a mejorar el aliento.
• Varias especias contribuyen a eliminar el mal olor, tales como el clavo de olor, el anís o las ramas de canela. Con sólo masticarlas, la boca se impregna con su aroma y sabor.
• En un vaso de agua disuelva una cucharada de bicarbonato, con esta solución enjuague su boca después de haberla lavado. Este preparado también blanqueará sus dientes.
• Preparar un brebaje de hojas de menta con agua para usar después de lavarse los dientes La hierba tiene propiedades desinfectantes, además de buen aroma.
• Con zanahorias, espinacas y pepino, mejorará su aliento. Licúe estos tres vegetales con un poco de agua. Tomar un vaso de este elixir, después de cada comida.
• Otra alternativa pasa por aprovechar los cítricos o los clásicos jugos. Hacer un licuado con un durazno, el jugo de medio limón, un cuarto de mango, dos ramas de menta y media taza de agua. Esta bebida se debe tomar al medio día, tres veces a la semana, durante un mes.
• Utilizar agua oxigenada de 10 volúmenes como enjuague bucal, pero no en forma diaria. Le ayudará a eliminar bacterias, a prevenir la aparición de sarro y evitar problemas de encías.
• Aproveche las bondades del vinagre. Mezcle su variedad de manzana y agua El ácido acético que contiene el vinagre bajará el pH de su boca eliminando las bacterias que causan la halitosis.