Las personas que empiezan a realizar ejercicio en la tercera edad tienen tres veces más posibilidades de vivir de forma saludable los últimos años de vida que sus pares sin actividad física, destacó un estudio médico publicado en el Reino Unido.
De acuerdo a la investigación, dada a conocer en la revista científica British Journal of Sports Medicine, las personas de esa franja de edad que llevan una vida activa físicamente
«registran beneficios significativos de salud», evitando complicaciones mayores como la demencia o embolias cerebrales.
El estudio analizó los casos de 3.500 personas del Reino Unido con una edad promedio de 64 años durante un período de ocho años.
Los voluntarios tuvieron que describir la frecuencia e intensidad de su actividad física cada dos años.
Sus respuestas sirvieron para categorizarlos en «inactivos», «moderadamente activos» (por ejercicios realizados al menos una vez a la semana) y «vigorosamente activos» (por ejercicios varias veces a la semana).
Los científicos también examinaron los antecedentes médicos de cada uno de los participantes y efectuaron una serie de exámenes cognitivos para evaluar sus habilidades mentales.
En la etapa final del estudio, concluyeron que el 19,3% de los ancianos que se definieron como sanos hizo ejercicios en forma periódica.
Aquellos que realizaron ejercicios físicos de forma moderada o vigorosa durante la semana tuvieron entre tres y cuatro veces más chances de envejecer saludablemente, comparado con aquellos inactivos.
Mientras, quienes realizaron actividades físicas periódicamente, es decir varias veces por semana, tuvieron siete veces más posibilidades de envejecer sanos que los inactivos.
«La actividad física frecuente está asociada con una mejoría en el envejecimiento sano de la persona, evitando enfermedades y discapacidades, y dando mayor libertad a la persona en la tercera edad, además de tener beneficios muy positivos en materia cognitiva y de salud mental, y una alta funcionalidad física», indicaron los autores.
«Beneficios significativos de salud fueron incluso registrados en aquellos participantes que decidieron comenzar a ejercitar relativamente tarde en sus vidas. Nuestros resultados apoyan las iniciativas de salud pública para hacer que los adultos y ancianos realicen actividad física», subrayaron los expertos.
Doireann Maddock, especialista de la Fundación Cardíaca británica, dijo que «vale mucho la pena» habituarse a ser activo, «ya que esto puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas, además de muchas otras condiciones de salud».
«Esta investigación nos demuestra que, incluso si la persona no se vuelve activa hasta la tercera edad, su salud se beneficiará una vez que comience a ejercitar», agregó.
Según Maddock, «nunca es tarde para volverse activo, aunque no hay que esperar hasta jubilarse para hacer deportes o ejercitar».
«Los adultos deberían tratar de mantenerse activos diariamente y proponerse hacer 150 minutos de actividades físicas que mejoran la respiración y hacen sentir a la persona
más viva cada semana. Cada diez minutos cuenta, así que bajarse del autobús algunas paradas antes y caminar o realizar una caminata en la hora del almuerzo ayudará», concluyó la especialista.