Una peligrosa moda surgió en los jardines de Francia y Alemania, ya que cada vez más personas se roban hortensias para armar porros. Pero este reemplazo de la marihuana es por demás peligroso, ya que la combustión de sus tallos y hojas genera cianuro de hidrógeno (HCN) o ácido cianhídrico, un líquido incoloro, muy venenoso y altamente volátil que hierve a 26 grados.
Expertos de la Universidad de Lausana, Suiza, coinciden en que los efectos secundarios de consumir la planta pueden ser además de negativos para la salud, la causa de intoxicaciones más graves, e incluso del fallecimiento del consumidor.
Según detalló el diario El Mundo, el HCN se produce en grandes cantidades por la industria química para usar en colorantes, explosivos y producción de plásticos. También es posible la emisión de esta sustancia a través de los gases provenientes de motores de vehículos y el humo del tabaco. Por último, semillas grandes de frutas como la palta generalmente contienen pequeñas cantidades de cianuro de hidrógeno su interior.
Mariano Sánchez, conservador jefe de horticultura del Real Jardín Botánico de Madrid explicó a la agencia Efe el cianuro se acumula en el cuerpo y de que el alcohol puede potenciar los efectos de fumar este nuevo sustitutivo de la marihuana, porque actúa como vasodilatador.
Fuentes de la Universidad de Lausana agregan que los problemas gastrointestinales, respiratorios y descompensaciones del ritmo cardíaco son consecuencias directas del consumo inhalado del humo que produce la combustión de flores y hojas de la hortensia.
La evaporación de esta sustancia a 20 grados, produce una concentración nociva en el aire, lo que genera confusión mental, somnolencia, dolor de cabeza, náuseas, convulsiones, jadeo, pérdida del conocimiento, enrojecimiento de los ojos y la muerte. Graves consecuencias para la salud que desconocemos si han sufrido ya alguno de estos nuevos consumidores de hortensias.
Según informaron diversos medios europeos, se sabe del robo de esta flor en la región de Calais (Francia), y en parques y cementerios de Baviera (Alemania). A su vez, se sospecha de la aparición de un mercado de estupefacientes sustitutivo de la marihuana.