Si bien el hombre no enfrenta los cambios hormonales que sufre la mujer a medida que envejece, el reloj biológico masculino sigue andando y, con el paso del tiempo, los cambios faciales y corporales pueden llevarlo a tener una percepción negativa de su propia imagen, menoscabando, en ocasiones, su salud física y mental.
En la actualidad, los varones desean romper ese círculo vicioso establecido entre los cambios físicos y los sentimientos negativos y están interesados en encontrar respuestas en los tratamientos estéticos quirúrgicos y no quirúrgicos. Debido a esta tendencia en alza, los varones están más dispuestos a consultar a sus médicos de confianza y pedirles consejos que les permitan “surfear” en el amplio océano de la cosmética.
Los hombres que están en el ojo público, pero también los que llevan una vida privada anónima invierten gran cantidad de energía, esfuerzo y dinero en mantener su salud y un aspecto juvenil. La tendencia en alza es acceder a tratamientos cosméticos y estéticos más accesibles, menos invasivos y más innovadores.
En el año 2015, la Sociedad Americana de Cirugía Plástica, reportó estadísticas que indicaban que, de 15,3 millones de procedimientos estéticos en ese año, más de 1,2 millones se efectuaron a hombres, lo que muestra un ascenso al compararlos con los 225.000 que fueron realizados a varones en el año 2000.
De todos los tratamientos estéticos evaluados, los mínimamente invasivos son los que marcan una tendencia en alza: la inyección de toxina botulínica y los rellenos aumentaron entre un 4% y 6% respectivamente entre el 2014 y el 2015.
Los más pedidos por varones durante 2015 fueron: la aplicación de botox, implantes capilares, microdermoabrasión, peelings, exfoliaciones químicas y aplicación de rellenos.
Al momento de tomar decisiones, el paciente debe estar seguro tras hacer su propia investigación, consultar sus dudas y elegir al profesional. Esta decisión puede tomar cierto tiempo. Aclarar bien con el médico sus expectativas, llevándolas al plano de lo real, es el paso correcto para poder lograr sus objetivos, ya que la cirugía cosmética, así como los tratamientos estéticos, no son la respuesta para todo el mundo.
Lo que ellos quieren, década por década
• Los hombres de 30. A esta edad, los procedimientos menos invasivos y más accesibles pueden dar resultados muy naturales, mejores que los quirúrgicos. Además siempre deben complementarse con el cuidado de la piel y la protección solar. Los tratamientos sugeridos son botox, skinbooster para hidratar y mejorar la calidad de la piel, radiofrecuencia facial y corporal, luz pulsada intensa, en temporada invernal láser CO2 para cicatrices de acné y marcas.
• Los hombres de 40. El uso de la toxina botulínica y de los rellenos se volvió mucho más común entre los hombres de 40 y 50, que comienzan a lidiar con la pérdida de la elasticidad de la piel de la cara y del cuerpo. Los profesionales que los tratan deben considerar que la cara masculina tiene una estructura muscular y vascular mucho más robusta que la femenina, a fin de lograr los mejores resultados con láseres, luz pulsada intensa, peelings y productos cosméticos. La cirugía más frecuente a esta edad es la blefaroplastía (párpados) y el refreshing de esa zona, que suele ser un modo discreto de “refrescamiento” facial. Aunque también se sugieren tratamientos como botox, skinbooster, luz pulsada intensa, radiofrecuencia facial y corporal, rellenos y láser CO2.
• Los hombres de 50 y más. A esta edad suelen acumular piel en la arcada mandibular y en el cuello. Los liftings de cara y cuello no son particularmente buenos en este grupo etario, ya que no pueden esconder las cicatrices bajo la línea de implantación del pelo como las mujeres. Existe una cirugía especial para esconderlas bajo el área del mentón. Entre los procedimientos recomendados para este momento están botox, rellenos, skinbooster, láser CO2, luz pulsada intensa, radiofrecuencia facial y corporal.
*La Dra. Laura Mijelshon (M.N.72517) es médica dermatóloga de la Universidad de Buenos Aires y especialista en Medicina Interna de la Asociación Médica Argentina. Es Miembro de la Sociedad Argentina de Dermatología y ejerce como Docente en la Universidad de Buenos Aires y la Universidad del Salvador. Es Directora y fundadora del Centro Piel y Estética.