El temor a hablar de la sexualidad de los adolescentes es un tema pendiente en América Latina, como también la anticoncepción oral de emergencia y el tratamiento del aborto, que se han constitutito en materias «urticantes» en la región. Así lo sostuvo el representante del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) en Perú y director para Chile y Uruguay, Esteban Caballero.
El funcionario ejemplificó con las tasas altas de embarazo adolescente, la segunda después de Africa, “continente que tiene menos capital social o menor apoyo comunitario”, relató. De cada 1.000 embarazos de la región, 73 corresponden a padres y madres de esa edad, en una zona donde la fertilidad va en descenso.
Para Caballero, esta realidad «curiosa» responde a que «no se reconoce el derecho de los adolescentes y jóvenes a la salud sexual y reproductiva” y que “no se cuenta con educación sexual ni servicios sanitarios diferenciados».
A su vez, agregó que “falta articulación entre la comunidad educativa y el sector salud para poder hacer un sistema de educación de padres, y también la existencia de desequilibrios en la relación de género”, en referencia a que el rol del varón latinoamericano con la mujer no cambió mucho en término de actitudes.
«La cuestión de la masculinidad en esta región todavía está relacionada mucho con forcejeo y violencia, y en la etapa de enamoramiento se dan muchas veces relaciones no bien meditadas y donde no se toman ciertas precauciones por la poca capacidad que tienen las adolescentes de negociar con el novio ciertas situaciones», analizó. Por ese motivo, Caballero consideró que la situación de los derechos sexuales y reproductivos en América Latina y el Caribe es «despareja».
Ejemplifico con que, a diferencia de Chile y Perú, Uruguay avanzó bastante en desarrollar una malla curricular integral que ve la educación sexual no solamente desde el punto de vista biológico.
En el Fondo de Población de Naciones Unidas, profundizó Caballero, «estamos convencidos de que el tema del derecho a decidir cuántos hijos y cuán espaciados es clave, y lo abordamos siempre desde un enfoque de derechos, donde la persona es la que decide y tiene que tener todas las opciones».
Argumentó que la obligación de los Estados y de las sociedades es brindarle esas chances y abogó porque dentro de ellas se incluya la anticoncepción oral de emergencia. Además, relevó la importancia de desmitificar algunos temas, como es el caso de las personas que viven con el virus del VIH, aunque reconoció que los esfuerzos que se hicieron desde la Onusida y el propio Fondo rindieron sus frutos, dado que «las epidemias no se expanden, incluso a nivel global, y la curva de prevalencia ha empezado a cambiar su tendencia».
Por ese mismo motivo, insistió en la importancia de hablar con los jóvenes. «La característica de la epidemia es que la gente que contrae el VIH y se convierte en Sida a los 28 años, significa que lo contrajo 10 años antes, de ahí la importancia de la sexualidad adolescente y de tratar el tema con ellos», concluyó.