Ya pasó “la euforia» alimenticia de las Fiestas. Ahora aparece esa necesidad de recuperar el tiempo perdido y deshacernos de las consecuencias de los “permitidos”.
Los que nunca corrieron salen a correr. Los que nunca salieron a andar en bici, se calzan el casco y arrancan. Los que siempre pasaron de largo por la puerta del gym hoy se animan a entrar. Y las agendas de los personal trainers se van quedando sin espacios libres.
Hasta acá, todo perfecto. Ahora, ¿qué tal si tomamos conciencia de lo que vamos a hacer, de cómo hacerlo y de los beneficios y consecuencias?
Primero, antes de empezar con cualquier tipo de actividad, sería conveniente pasar por el consultorio médico y chequear si estás en condiciones para hacerla.
Después, aunque suene tonto, asegurate de tener el calzado y la ropa adecuados para lo que hayas decidido realizar. Te sorprenderías de la cantidad de sorpresas que me he llevado en más de una «primera clase».
Si vas a salir a caminar o a correr, el calzado es fundamental. ¡He visto a personas que salen a hacer su caminata en ojotas!
Tené en cuenta la superficie, siempre es más conveniente la tierra al cemento. Llevá agua para hidratarte, cuidate del sol, fijate que tu recorrido sea seguro y saludable. Nunca voy a entender a los grupos de «runners» que salen a correr a la vera de las autopistas en Palermo o de la subida del puente que cruza la avenida Lugones » fumándose » los escapes de los autos que pasan a toda hora-.
Escuchá las señales de tu cuerpo y empezá de a poco, hacé una buena entrada en calor y una buena elongaciòn al final para evitar lesiones y atenuar dolores.
Si vas a salir en bici, además de los cuidados que te comenté antes , sumale el respeto, por vos y por los demás. Revisá el estado de tu bici, los frenos, las luces, los espejos, el timbre, el inflado de las gomas, el estado del asiento, usa casco y olvidate del celular.
Los ciclistas, en su gran mayoría, no respetan los semáforos, el paso de los vehículos y mucho menos el de los peatones, lo que convierte una actividad segura en algo riesgoso. Por ese motivo, hace tiempo que pienso en que se debería sacar un registro para la bicicleta, al igual que el auto o la moto.
Si tu idea, en cambio, es ir a un gimnasio, ya sea a la sala de musculación o a tomar alguna clase, buscá información, hablá con los profes, nosotros estamos para cuidarte y hacer que tu entrenamiento sea el más conveniente para vos.
Dejate guiar y usá tu criterio, de nada te sirve que elijas una mancuerna de muchos kilos si después no vas poder completar ni una sola serie.
Por último, si elegís el entrenamiento personalizado, te sugiero que en lo posible te fijes en cómo trabaja el entrenador y si tiene los planes de entrenamiento adecuados para tu edad, condición fìsica y objetivo. Tomate tu tiempo para decidir quién te va a cuidar, guiar y acompañar de la mejor manera para que disfrutes del camino que te saque del sedentarismo.
*Alfredo Roldán es Personal Trainer.