Los implantes y los dientes pueden tener complicaciones mecánicas, como por ejemplo fracturas, desgaste de la cerámica de la prótesis, aflojamientos de la corona, etc. También pueden haber complicaciones biológicas, como por ejemplo enfermedades periimplantarias como la mucositis o la periimplantitis, o fracaso de la osteointegración. Estas complicaciones pueden generar que un implante deba ser explantado en un momento dado o que se acorte su vida útil. Por eso, para incrementar la vida útil de los implantes, es necesario prevenir estas complicaciones.
La Dra. Ana Molina, vocal de formación de la Sociedad Española de Periodoncia e Implantes Dentales (SEPA), señala que para prevenir las complicaciones es necesario lograr una buena planificación y ejecución del caso por parte de un odontólogo adecuadamente cualificado.
Además, la especialista considera que es muy importante que el paciente visite regularmente al dentista, y que el especialista monitorice la salud de los tejidos alrededor del implante, además de hacer limpiezas periódicas que ayuden al paciente con el control y la eliminación de la placa dental, causante de la inflamación de los tejidos.
Un error muy común en el cuidado de los implantes es pensar que requieren menos cuidado que los dientes, porque son una prótesis de metal y cerámica. La especialista señala que «Los implantes dentales son más delicados que los dientes y la eliminación de la placa dental (es decir, los acúmulos de bacterias y restos de alimentos que hay en la boca) debe ser si cabe más exhaustiva alrededor de los implantes que alrededor de los dientes».
Asistir regularmente a las visitas de mantenimiento es imprescindible porque los implantes dentales son, a diferencia del diente, un elemento inerte, no tienen nervio, y cuando se presenta una complicación de tipo inflamatorio en los tejidos que los rodean (mucositis peri-implantaria o peri-implantitis), el paciente no percibe los síntomas de alarma como dolor, hinchazón o sangrado, y por lo tanto le pasan desapercibidas. «Es por todo esto que es vital una adecuada higiene oral alrededor de los implantes dentales, sumado a las visitas periódicas de control con su dentista para detectar posibles signos de alarma», insiste la miembro de la SEPA.
La pauta fundamental para el cuidado de los implantes es la correcta higiene oral. «Hay que cepillar los dientes y los implantes al menos 3 veces al día, con cepillo manual o eléctrico, y a continuación utilizar algún dispositivo de higiene interdental, como seda o cepillos interdentales para terminar de eliminar los depósitos de placa dental que quedan entre los dientes», apostilla.
Además, la doctora Molina indica que el dentista será el encargado de instruir a cada paciente en el tipo de dispositivo que debe emplear para la higiene interdental, su tamaño y la forma de uso correcta. «Si la prótesis sobre implantes es removible, después de cada comida debe ser retirada para una correcta higiene de los implantes en la boca y de la prótesis en sí, antes de volver a instalarla en su posición», añade.
La especialista no considera que sea fundamental el empleo de irrigadores dentales para el cuidado de los implantes, cree que la limpieza mecánica por fricción con un cepillo de dientes, con la seda dental, o con los cepillos interdentales es mucho más eficaz que el uso de irrigadores para eliminar la placa dental. Los irrigadores dentales solo estarían indicados en ciertos tipos de prótesis sobre implantes que no son removibles y que tienen un faldón o extensión de color rosado que simula la encía del paciente y que impide la introducción bajo la prótesis de otros dispositivos de higiene mecánica como los cepillos interdentales. «En el resto de casos es preferible el empleo de cepillos de dientes y de cepillos interdentales o de seda frente al uso del irrigado. Y si se usa el irrigador no debe nunca sustituir al cepillado dental convencional», afirma Molina.
Otro aspecto a tener en cuenta son los factores de riesgo que hacen que un sujeto pueda tener mayor predisposición a padecer enfermedades periimplantarias. Entre los factores de riesgo se encuentran:
– Antecedentes de periodontitis: los pacientes que hayan perdido sus dientes por periodontitis o piorrea tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedades periimplantarias. Es por ello que deben ser sometidos a un seguimiento más exhaustivo que los pacientes sin antecedentes de periodontitis.
– Hábito tabáquico: el consumo de tabaco, además de los efectos deletéreos que tiene sobre la salud general, tiene un efecto muy negativo sobre los tejidos periodontales y periimplantarios, incrementando el riesgo de aparición de estas enfermedades; es por ello que el cese en el hábito tabáquico debería ser promovido en todos los pacientes desde la consulta dental, y especialmente en aquellos con enfermedades periodontales o portadores de implantes dentales.