El impacto que generan en la población algunas noticias relacionadas al tema salud, repercuten habitualmente en la práctica diaria de los médicos.
Esta semana me ocurrió algo curioso. En una mañana habitual en mi consultorio, me tocó atender por primera vez a Facundo, un paciente joven, que se sienta frente al escritorio con una postura que denostaba mucha angustia. Luego de presentarnos, me comentó que años atrás practicaba varios deportes de alta intensidad con un alto nivel de rendimiento. Pero hace unos meses lo había tenido que dejar completamente ya que en una valoración cardiovascular, a partir de un electrocardiograma y ecocardiograma le diagnosticaron una miocardiopatía hipertrófica.
Semanas atrás escuchó y leyó en varios medios de comunicación lo ocurrido en una revisión médica con un futbolista profesional que iba a pasar de un club y le surgió la duda acerca de si lo que le habían diagnosticado como miocardiopatía hipertrófica no podía corresponder en realidad a un corazón de atleta (En la nota que habia leido Facundo, uno de los clubes desestimaba el diagnóstico inicial refiriendo que el deportista presentaba corazón de atleta).
Lo curioso no es lo sucedido con el futbolista ni con Facundo, sino que un par de días atrás estuve hablando de este tema con un prestigioso colega dedicado al tópico de miocardiopatías, el doctor Gustavo Avegliano, especialista en cardiología y director de Centro cardiológico CCD La Plata.
La primera duda que me surgió fue si estas entidades son frecuentes, a lo cual el doctor Avegliano nos dijo: “La miocardiopatía hipertrófica es una patología genética, que se hereda de alguno de los padres, relativamente frecuente, con una prevalencia de 1 en 500 individuos. Esta alteración genética conlleva a un aumento de los espesores del corazón (hipertrofia), siendo la causa más frecuente de muerte súbita en el deportista. En cambio, el corazón de atleta es una entidad benigna que está relacionada a los cambios fisiológicos de adaptación que sufre el corazón en los deportistas de alto rendimiento. Algunos de estos cambios que se producen en el corazón del atleta, pueden simular una miocardiopatía hipertrófica, por lo que es importante determinar el diagnóstico, ya que el riesgo de estas dos entidades es muy diferente”.
En Medicina muchas veces el diagnóstico inicial resulta ser otro. En el caso de estas entidades, le pregunté a Gustavo si es fácil hacer el diagnóstico diferencial entre ambos cuadros. a lo que me respondió: “Para hacer el diagnóstico correcto seguimos un protocolo de estudio de cada paciente y vamos de menor a mayor. Realizamos inicialmente una valoración clínica, un electrocardiograma y un ecocardiograma Doppler, que pueden orientarnos. Luego completamos el estudio con una Resonancia Magnética Cardiaca, un Holter, una prueba funcional como la ergométría y en casos específicos completamos la valoración con un estudio genético. Con todos estos elementos, hacemos un análisis riguroso para llegar al diagnóstico definitivo”.
¿Por qué es tan importante hacer el diagnóstico? El doctor Avegliano respondió: “Como expliqué previamente, la miocardiopatía hipertrófica si bien es una enfermedad que tiene generalmente una buena evolución, existen casos que tienen más riesgo, y en la población joven de deportistas, es la causa más frecuente de muerte súbita. Por este motivo, es fundamental la realización de una valoración cardiovascular pre-deportiva en aquellas personas que quieran realizar actividad física”.
Otra pregunta que surgió fue si en ambas situaciones se contraindica el ejercicio del deportista. Respecto a este interrogante comenta el Dr. Avegliano: “Como concepto, hay que tener en cuenta que la confirmación del diagnóstico de miocardiopatía hipertrófica no permite la práctica deportiva competitiva de alto rendimiento. En los pacientes con diagnóstico de corazón de atleta la realización de ejercicio físico competitivo está permitida”.
Finalmente, ¿los pacientes con miocardiopatía hipertrófica pueden hacer algún deporte? Según el doctor Avegliano, “los pacientes con miocardiopatía hipertrófica pueden realizar deporte, que no sea competitivo, sobre todo los que tienen una característica aeróbica y con una intensidad leve o moderada”.
