“Tanto los lentes de contacto como los lentes aéreos tienen el objetivo de tratar las ametropías. Los vicios de refracción más importantes que tienen los pacientes son la miopías, las hipermetropías y los astigmatismos, aunque también se puede tener combinaciones de estos casos”, afirma el Dr. Fernando Giusio, jefe de sección Oftalmología Legal y Ocupacional del Servicio de Oftalmología del Hospital Italiano de Buenos Aires.
Ante la consulta con un oculista y luego de diagnosticar el déficit de visión de cada paciente, se le recetan los lentes a utilizar. “En general, uno siempre opta por lo que menos trauma o complicación puede producir, que es un anteojo aéreo. Este simplemente va colocado a una distancia del eje visual y no está en contacto con el ojo. En cambio, el lente de contacto va apoyado sobre la córnea. Si tenemos una ametropía tratamos de dar siempre anteojos aéreos”, indica el doctor. Pero, en el caso de ametropía o de déficit visual muy alto “el lente de contacto corrige mucho mejor que el anteojo aéreo porque va pegadito a la córnea”, sostiene el especialista.
Cuándo usar lentes de contacto
“Hay algunas patologías, como el caso del queratocono, que se produce un astigmatismo muy alto, y la indicación médica es justamente el tratamiento con lente de contacto rígido para mejorar la visión porque la córnea está muy deformada”, ejemplifica el Dr. Giusio.
Previo al uso de lentes de contacto, se hace una prueba de adaptación en las ópticas para ver si el paciente los tolera o no. En el consultorio del oftalmólogo se hace un test de ojo seco para descartar un ojo seco severo, el cual sería una contraindicación para el lente de contacto.
En qué casos no
“Si a un paciente que tiene un ojo seco severo se le coloca un lente de contacto va a producir muchísima más intolerancia, con los riesgos que puede producir un lente de contacto, como abrasión corneal, queratitis, ulcera corneal, y si esa úlcera se llegara a lastimar puede producir una infección”, dice el Dr. Giusio.
Ventajas y desventajas
Entre los beneficios de los lentes aéreos, el profesional enumera: “Te los podés sacar y poner en cualquier momento. No tienen ningún contacto con el ojo, no existe posibilidad de que se produzca una úlcera de córnea y es económico. Los antejos aéreos hoy en día vienen muy estéticos y livianitos. “La gran desventaja es para esos vicios de refracción muy elevados donde el paciente queda con anteojos muy gruesos y por una cuestión estética no los quiere usar o cuando son ametropías o vicios de refracción muy elevados”, dice el profesional.
El Dr. Giusio agrega que si se indica un lente de contacto al paciente lo ideal es que no esté las 24 horas del día con ese lente, sino que alterne con un anteojo aéreo, justamente para que el proceso de humidificación de la córnea y nutrición que da la lágrima no se vea alterado tan frecuentemente.