Mitos y verdades sobre los dolores de cabeza

Expertos del Hospital de Clínicas revelaron que las cefaleas tensionales son las segundas dolencias más frecuentes a nivel mundial y que la migraña, las terceras. Aquí, claves para saber más.

El dolor de cabeza, un problema frecuente (Foto: Pixabay)

Expertos del Hospital de clínicas anunciaron que la cefalea tensional (o los clásicos dolores de cabeza) son la segunda dolencia más frecuente en el mundo y la migraña la tercera. Así lo recordaron en coincidencia con la fecha en que la la División Neurología del Hospital de Clínicas realiza la Semana de la Cefalea con consultorios abiertos, campaña que no se puede realizar por la pandemia de coronavirus. Pero sí llamaron a la concientización.

 “Los dolores de cabeza muchas veces impiden realizar actividades cotidianas, la migraña ocupa el quinto lugar en el ranking de discapacidad y se estima que más del 90 % de la población mundial tuvo dolor de cabeza en algún momento de su vida”, indicó la dice la doctora María de Lourdes Figuerola, de la División Neurología del Hospital de Clínicas José de San Martín. Y agregó que comer algo cada tres horas, dormir la misma cantidad de horas diarias y realizar una actividad física diaria ayuda a evitar las crisis.

“El uso frecuente de analgésicos puede llevar a una cefalea por abuso de analgésicos. Las cefaleas tienen un tratamiento preventivo que puede evitar las crisis. Se debe consultar al médico si el dolor es repentino y severo, si afecta un lado de la cabeza, si se asocia con un dolor de un ojo o si es precedido de  luces. También hay que hacer la consulta si se asocia con confusión o desmayos, si se empeora en frecuencia o duración, si interfiere en tu actividad diaria y si tomas analgésicos en forma excesiva”, agregó la profesional del Hospital de Clínicas.

La doctora Figuerola reveló algunos mitos y verdades de esta enfermedad:

 

  • Es verdadero que la migraña afecta más a las mujeres que a los hombres. Las estadísticas revelan que de cada tres mujeres sólo un hombre tiene migraña. Los cambios hormonales de la mujer como los períodos menstruales, el embarazo, la menopausia y el consumo de anticonceptivos puede modificar la frecuencia de la migraña.
  • Es verdadero que la migraña tiene mayor prevalencia en las personas mayores de 30 años. Suele iniciarse en la pubertad y tiene mayor incidencia luego de los 30-40 años.
  • Es cierto que los cambios climáticos inciden en las crisis. Algunas personas sufren migrañas cuando se producen cambios en la temperatura. Los dolores de cabeza pueden agravarse con la llegada de las tormentas, cambios repentinos en la presión barométrica o altitud.
  • Es verdadero que los estímulos sensoriales intensos pueden producir dolor de cabeza. Entre ellos están luces brillantes, ruidos fuertes y aromas intensos, como perfumes sahumerios, nafta y lavandina.

¿Cuáles son las falsas creencias?

  • Es falso que haya dietas para impedir la migraña. Si bien existen alimentos como el chocolate, los enlatados, los embutidos, y las bebidas alcohólicas que tienen sustancias químicas propias o adicionadas que son capaces de desencadenar episodios de migraña, no existe una dieta por dos razones. La primera es que un muy bajo porcentaje de migrañosos desencadena una crisis por lo que come o bebe y la segunda es que en este reducido grupo cada uno es sensible a algún o algunos alimentos o bebidas pero no a todos. Cada persona debe observar y anotar que ingirió las 3 o 4 horas previas a la crisis y anotarlo. Si encuentra un factor común, eliminar ese en particular. La cabeza duele porque tengo un ataque al hígado.
  • Las cefaleas “hepáticas” no existen. Las náuseas y los vómitos son parte de la crisis de migraña.
  • Es falso que la migraña no tiene solución. Contamos con una gran cantidad de recursos preventivos que aumentan en la medida que vamos conociendo más su mecanismo. Podemos controlar esta condición y mejorar la calidad de vida.

Recomendaciones para pacientes

  • Anotar en un almanaque los días que duele la cabeza y la cantidad de analgésicos que toma. Si son más de 6 al mes consulte.
  • Comer algo cada tres horas
  • Dormir la misma cantidad de horas
  • Realizar una actividad física aeróbica diaria y dentro de la misma franja horaria.
  • Buscar algún factor común de alimento y/o bebida asociado a las crisis.

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