Por primera vez en Estados Unidos nació un bebé de una mujer con útero trasplantado y el hecho fue considerado por los medios locales como un «hito» en el campo de una cirugía que aún está en fase experimental y genera controversias porque «no salva vidas».
El diario Dallas Morning Report había consignado este fin de semana que «un equipo médico de Dallas (Texas) alcanzó un hito en el campo de una cirugía experimental que puede cambiar de manera radical la vida de las mujeres que nacieron sin útero o con otros problemas de fertilidad».
El bebé, que nació a finales de noviembre último en el Baylor University Medical Center, es el primero en Estados Unidos y el noveno en el mundo.
Algunos investigadores tomaron la noticia como un avance hacia un tratamiento que puede beneficiar a miles de mujeres con problemas de fertilidad, como aquellas cuyo útero fue extirpado por un diagnóstico de cáncer.
«Este procedimiento da esperanzas a mujeres que no tenían esperanzas», dijo Colin Koon, miembro del equipo de cirujanos que realizó el trasplante, al Dallas Morning Report.
Sin embargo, otros consideran que esta cirugía no debe superar la fase experimental y cuestionan, por ejemplo, si el deseo de quedar embarazada vale los riesgos y costos de un procedimiento que implica operaciones -en la donante y la receptora- y la intervención de múltiples especialistas.
«No salva vidas pero crea vidas», dijo al respecto Vivian Ho, directora Centro de Salud y Biociencias en la Rice University the Huston, Texas, y agregó: «Le servirá a muchas mujeres».
Los estudios de trasplante uterino que se realizan en Dallas son financiados por la Fundación Baylor, y las pacientes, todas casadas, deben pagar una fertilización in vitro, que en promedio cuesta unos 10.000 dólares, para hacer el tratamiento.
Las mujeres con útero trasplantado deben quedar embarazadas por fecundación in vitro, ya que sus ovarios no estarán conectados al útero; además, sus bebés nacerán por cesárea porque el útero trasplantado puede ser frágil.
