Utilizar el teléfono móvil durante el embarazo no provoca efectos adversos sobre el desarrollo neurológico del feto, según un estudio del Instituto de Salud Pública de Noruega publicado en la revista BMC Public Health.
Los investigadores basan sus conclusiones en el análisis de una base de datos de población denominada «MoBa», que recopila información sanitaria sobre 45.389 madres y sus hijos.
El trabajo de Eleni Papadopoulou y su grupo del organismo noruego sugiere que la exposición a los campos electromagnéticos de radiofrecuencia asociados al uso de celulares durante el embarazo no perjudica al futuro desarrollo cognitivo del niño.
Papadopoulou sostuvo en un comunicado que la preocupación por los posibles efectos de esos campos en el feto proviene de «estudios experimentales en animales con resultados poco concluyentes».
«Nuestros hallazgos no apoyan la hipótesis de que se produzcan efectos adversos en las capacidades lingüísticas, de comunicación y motoras a causa del uso del teléfono móvil durante el embarazo», esgrimió la investigadora.
La base de datos que sirvió como referencia a los científicos incluye información sobre los hábitos de las madres, así como informes médicos de los niños, cuyo desarrollo neurológico se evaluó a los tres y cinco años de edad.
Jan Alexander, que forma parte del grupo de científicos noruegos, subrayó por su parte que su análisis apunta a que el uso del teléfono durante el embarazo «puede de hecho tener un impacto positivo» sobre el niño.
«Haber utilizado el móvil está asociado con un riesgo menor de que el niño tenga un desarrollo motor y lingüístico pobre a los tres años de edad», señaló Alexander.
El investigador alerta de que las causas de ese «efecto protector» radican probablemente en factores sociales y demográficos que «no están medidos en el estudio».
El análisis estadístico indica que los hijos de madres que utilizaron el celular durante el embarazo afrontan un riesgo un 31% menor de sufrir un retraso lingüístico moderado a los tres años respecto a los hijos de madres que no usaron el móvil.
«Los efectos beneficiosos que reflejamos deben ser interpretados con cautela, debido a las limitaciones propias de un estudio observacional», señala Alexander, que recalca sin embargo que «el trabajo pone sobre la mesa pruebas de que el uso de teléfonos móviles durante el embarazo no está asociado a riesgos neurológicos en el feto».