Una vez en claro que al futbolista Gonzalo Higuaín, que padece una hernia de disco, no le queda otra opción que operarse, los especialistas en la materia – traumatólogos y neurocirujanos – no consideraron descabellada su primera decisión de “huir del bisturí”, ya que empezar por el quirófano no suele ser la mejor elección.
«El tratamiento inicial suele ser conservador y la mayoría de los pacientes mejora», confirmó Gregorio Rodríguez Boto, jefe de Sección de Neurocirugía del Hospital Clínico San Carlos de Madrid. De hecho, estudios muestran que hasta el 90% de la sintomatología de las hernias mejora e, incluso, desaparece con medicación. Sólo se opta por intervenir de entrada en situaciones urgentes, en especial si el afectado presenta una pérdida de fuerza progresiva o problemas de esfínteres.
El papel de la cirugía como último recurso es casi el único denominador común de todas las hernias. Pero según los médicos, es difícil aclarar de entrada cuándo existe una hernia de disco, de ahí que sea difícil establecer cuántas personas están afectadas.
Es que no todos casos de dolor de espalda o ciática se deben a este problema y hasta incluso hay individuos cuyos discos vertebrales no están correctamente situados y, sin embargo, no sufren síntomas.
Los especialistas coinciden en que estudiar cada caso de manera individual es la única forma de acertar. «Hay tantas hernias como pacientes y debemos hacer un traje a medida para cada uno de ellos», aseguró Nicomedes Fernández-Baíllo, jefe del Servicio de Traumatología del Hospital Universitario Madrid Sanchinarro.
Los factores a tener en cuenta a la hora de elegir un procedimiento son la zona de la espalda donde se encuentra el disco desplazado, la edad del paciente y el tipo de hernia.
La que padece Higuaín está extruida, lo que significa que el disco se ha roto y parte de su contenido se escapó de su sitio hacia donde hay un nervio.
Fernández-Baíllo cree que el delantero del Real Madrid hizo bien en intentar el tratamiento conservador, que ha consistido, básicamente, en la inyección epidural de medicación. No obstante, puntualiza que había muchas probabilidades de que esta estrategia fracasara, tal como ocurrió.
La intervención, programada para el martes en un hospital de Chicago, EEUU, será realizada por el cirujano Richard G. Fessler, toda una eminencia médica en procedimientos mínimamente invasivos de columna. Pero los expertos españoles coinciden en que el “Pipita” no tenía porqué viajar tan lejos. Es que estos procedimientos tienen un porcentaje nada despreciable de fracasos, pero no se deben a la pericia de quien los ejecuta.
“El resultado de las cirugías está más relacionado al estado físico de los pacientes y a que tengan lo que podemos denominar hernia discal de verdad que al tipo de técnica quirúrgica», asevera Carlos Villas, especialista del departamento de Cirugía Ortopédica y Traumatología de la Clínica Universidad de Navarra (Pamplona).
Visto de forma global, el porcentaje de éxitos es alto, de un 90%. Pero existe un 10% de los pacientes que no queda bien tras la cirugía o, incluso, “sufre más molestias», según Rodríguez Boto. Por otra parte, «un 1% padece una infección profunda, que es la complicación más grave y consiste en la inflamación del disco» y otro 10% corre el riesgo de sufrir una nueva hernia.
Al tener en cuenta los posibles inconvenientes, resulta comprensible la actitud que Higuaín adoptó desde el principio, en especial porque «tanto con el tratamiento quirúrgico como con el conservador, en la mayoría de los casos se consigue llevar una vida normal», según precisó Néstor López Martín, médico especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital Universitario Infanta Sofía de Madrid. Pero aclaró que no es igual el tipo de recuperación requerida por un deportista de la talla del delantero que la de cualquier otro paciente.
Por otra parte, recordo que existen actividades normales son perjudiciales para la espalda y que “es importante corregirlas para evitar recaídas o que se produzcan nuevas lesiones en la columna», agregó. Entre ellas están la mala postura, el trabajo físico pesado y la obesidad.
Fuentes: ELMUNDO.es
