Los seres humanos siguen todavía en proceso de evolución, ya que la selección natural y sexual aún influyen en los procesos de la especie en la época moderna. Las pruebas llegan a partir de un estudio internacional encabezado por la Universidad de Sheffield, en el Reino Unido y publicado en la revista de la Academia de Ciencias Estadounidense (PNAS).
La investigación se basa en informaciones relativas a la población finlandesa del siglo XVIII y sus datos contradicen la opinión, más bien difundida, según la cual la especie humana ya no se ve sometida desde hace milenos a los mecanismos de selección que estudió el naturalista Charles Darwin y que resultan aplicables a todos los seres vivos.
Analizando las informaciones de más de 6.000 personas a partir de los registros parroquiales finlandeses recogidos a partir de 1760 y hasta 1849, los investigadores verificaron que pese a los progresos médicos y tecnológicos, así como el predominio de la monogamia, los hombres siguen sufriendo la selección natural y sexual exactamente igual que las demás especies.
Valiéndose de las detalladas informaciones de los registros históricos relativos a las condiciones económicas, los nacimientos, las muertes y los matrimonios, los científicos
analizaron la presión selectiva en cuatro momentos cruciales del ciclo de vida: supervivencia hasta la edad adulta, posibilidad de encontrar un compañero, éxito reproductivo y fertilidad de la pareja.
El estudio demuestra que la presión selectiva, generada por factores naturales o sexuales, es plenamente comparable con la sufrida por cualquier otra especie. Por lo tanto también en el hombre, como en todos los seres vivientes, las características específicas pueden, para los
individuos particulares, favorecer su supervivencia y las posibilidades de tener una prole, obstaculizando al mismo tiempo a los individuos menos adaptados.
Curiosamente, la investigación pone en evidencia que la selección actuó sin discriminaciones económicas, afectando por igual a ricos y pobres.