Aíslan secuencia de genes que determinan el ritmo de envejecimiento

Científicos británicos descubrieron una variable de ADN que aumenta al menos tres o cuatro años la edad biológica. Las personas con esta condición son propensas a sufrir de manera más temprana enfermedades relacionadas con la edad.

Un equipo de científicos que trabajan en el Reino Unido ha aislado una secuencia de genes que parece determinar el ritmo de envejecimiento de las personas.

 

Los científicos, dirigidos por los profesores Nilesh Samani, cardiólogo de la Universidad de Leicester, y Tim Spector, del King’s College, de Londres, publican su descubrimiento en la revista Nature Genetics.

 

Un 38% de las 3.000 personas estudiadas había heredado esa secuencia de ADN y resultó tener una edad biológica de tres o cuatro años más que quienes carecían de esa variante genética.

 

Un 7% heredó dos copias de la misma secuencia de ADN y tenía como media seis o siete años más, biológicamente hablando, que el resto, mientras que un 55% estaba libre de esos genes.

 

«Hay pacientes de ochenta y tantos años con alta presión sanguínea pero con arterias coronarias sanas mientras que otros con cuarenta y tantos no parecen tener factores de riesgo pero sufren enfermedades coronarias en estado avanzado», afirma el profesor Samani.

 

Según el cardiólogo, la hipótesis es que «esa variabilidad tiene que ver con el envejecimiento prematuro» de algunos individuos.

 

Samani y Spector descubrieron que una secuencia de ADN determinada es más común en personas que tienen telómeros (extremos de los cromosomas) demasiado cortos para su edad.

 

Esa sección del ADN se encontró en el cromosoma tres, cerca de un gen llamado TERC, que fabrica una enzima, la telomerasa, que repara los telómeros cuando éstos se acortan.

 

Las personas con una o dos copias de la citada secuencia genética fabrican probablemente menos telomerasa cuando están aún en el útero materno.

 

Esto significa que nacen con telómeros más cortos y son más propensos a envejecer más rápidamente y a sufrir antes las enfermedades relacionadas con la edad.

 

Es, sin embargo, muy difícil que los científicos traten de frenar el proceso de envejecimiento impulsando la generación de telomerasa en el organismo pues a cambio se podría provocar un proceso canceroso.

 

La telomerasa se desactiva prácticamente tras el nacimiento de una persona, pero vuelve a activarse en las células cancerosas, a las que permite dividirse una y otra vez sin que mueran. 

 

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