Alertan sobre el alto subdiagnóstico de las hepatitis virales

La Fundación Icalma, que promueve testeos gratuitos, estima que 400 mil argentinos padecen la variante C, pero sólo 20 mil lo saben. Mientras que un trabajo de la Fundación Huésped muestra un alto desconocimiento sobre la patología.

Aproximadamente 400 mil argentinos padecen hepatitis C, pero sólo 20 mil poseen un diagnóstico efectivo y sólo 5 mil están bajo tratamiento, algo que preocupa si se toma en cuenta que de no detectar a tiempo la enfermedad, puede llevar a la cirrosis, el cáncer de hígado y el trasplante hepático.

Los datos, fueron difundidos por la Fundación Icalma, quien en conjunto con el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires y el Hospital Italiano lanzan hoy, en coincidencia con el Día Mundial de la Hepatitis, una campaña de concientización y de test gratuitos en hospitales.

Los especialistas hacen énfasis en la necesidad de someterse a un testeo “al menos una vez en la vida”, porque esta prueba, a la que se puede acceder sin orden médica, de manera gratuita y confidencial, es la única manera de conocer la enfermedad. Sucede que una de sus particularidades es que no reporta síntomas hasta el momento en el que deriva en serias complicaciones hepáticas, como el cáncer o la cirrosis.

El test está dirigido a mayores de 18 años y consiste en la simple extracción de una muestra de sangre. Si bien es voluntario, está especialmente indicado para quienes consumen o consumieron drogas inhalatorias o endovenosas, mantuvieron algún contacto sexual de riesgo,  conviven o han convivido con personas con hepatitis virales crónicas o se hicieron alguna vez tatuajes o piercings.

Los expertos enfatizan en que la hepatitis B puede prevenirse mediante una vacuna gratuita para todo aquel que la pida en vacunatorios públicos. Mientras que para la hepatitis C existen tratamientos y los últimos antivirales de avanzada presentan altas tasas de curación.

Sin embargo, poca gente posee información sobre las hepatitis virales, la forma de prevenirla o sobre los abordajes disponibles para tratarla.  Así lo indica un estudio de la Fundación Huésped, en el que se encuestó online a 937 personas de más de 18 años de forma voluntaria y anónima. 

La entidad informó que de acuerdo con datos y estimaciones nacionales, “ el 2% de la población podría estar infectada con hepatitis C, alrededor del 1% con hepatitis B y sólo el 0,4 tendría VIH». Sin embargo, el 35% de los encuestados respondió «No sabe, No consta» acerca de cuál era el grupo de infectados más numeroso entre los que tienen VIH, hepatitis B o hepatitis C.

Entre aquellos que sí dieron una respuesta, el 27,8% cree que hay más personas con VIH, el 24,5% eligió como grupo más numeroso al de los que contrajeron hepatitis B, y el 12,7% piensa que la hepatitis C es la que afecta a más personas.

A pesar del alto nivel educativo de los encuestados (73,1% de las personas que no pertenecían al ámbito de la salud tenían el terciario completo o superior), en términos generales el estudio arrojó «falta de información o confusión».

«Esa carencia de información se registra respecto a las vías de transmisión de las hepatitis virales tanto en personal de salud como en población general, aunque siempre las personas que trabajan en el ámbito de la salud mostraron mejores conocimientos», señaló el informe.

La hepatitis A se transmite por contacto con la materia fecal y los alimentos, el agua, entre otras vías, pero el 50 % de la población general y un 30 por ciento del personal de salud lo desconocen.

Con relación a la hepatitis B, el 66% de la muestra reconoce correctamente «los fluidos genitales» como vía de transmisión y el 72,2 por ciento elige «la sangre» en ese rubro.

Una de cada 10 personas cree erróneamente que la hepatitis B puede transmitirse a través de un beso o por compartir el mate.

En cuanto a las vías de transmisión de la hepatitis C, entre el 83% y el 70% para el personal de salud y entre el 64% y el 50% de la población general identifica correctamente como vía de transmisión la sangre y los elementos corto-punzantes no esterilizados.

La mayoría sabe que existen vacunas para la hepatitis A y B: el 85,3% del personal de salud y el 64,3 por ciento en la población general. De estos últimos, el 23,2 por ciento respondió erróneamente que existen vacunas para la hepatitis C.

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