Ciclistas de montaña corren alto riesgo de lesiones espinales

Los investigadores advirtieron que el casco no las previene porque no protege al cuello. A su vez, afirmaron que uno de cada seis casos devienen en parálisis completa.

Las elevadas velocidades, el terreno extremo y las pronunciadas caídas en vertical pueden hacer que la bicicleta de montaña, que cada vez tiene más adeptos, se convierta en un deporte tan arriesgado como el fútbol o el buceo, según un estudio canadiense. Los hallazgos advierten que esta práctica aumenta el peligro de una lesión espinal. Los investigadores, a su vez, advirtieron que uno de cada seis casos revisados fueron lo suficientemente graves como para resultar en una parálisis completa.

«Las personas tienen que saber que las actividades que eligen pueden conllevar riesgos únicos y específicos», dijo el doctor Marcel Dvorak, de la British Columbia University, en Canadá, en referencia a que los cascos no protegen contra las lesiones de la columna.

Dvorak y sus colegas identificaron a 102 hombres y cinco mujeres que fueron atendidos en el centro de medicina espinal de British Columbia entre 1995 y el 2007 tras sufrir accidentes con una bicicleta de montaña. La edad promedio de los paciente era 33 años y todos excepto dos eran aficionados, según contaron los expertos en The American Journal of Sports Medicine.

El equipo no pudo calcular el riesgo de una lesión espinal entre quienes practicaban este deporte, pero concluyeron que en los 13 años del estudio, la tasa anual era de uno entre cada 500.000 residentes en British Columbia. Por otra parte, destacaron que los ciclistas representaron un 4% de los ingresos por trauma de columna en este centro.

Las intervenciones fueron necesarias en dos tercios de los lesionados, pero las heridas más graves fueron el 40% de las que involucraron problemas en la médula espinal. Entre estos casos, más del 40% concluyó en una parálisis completa.

«Las fracturas de muñeca y rostro son comunes» entre los aficionados a la bicicleta de montaña, dijo Dvorak. «Sin embargo, las lesiones espinales son las más graves y tienen las consecuencias más profundas a largo plazo», agregó.

La mayoría de los ciclistas resultaron heridos tras salir despedidos o caerse desde gran altura, explicó. En los dos escenarios, el resultado fue a menudo un impacto grave en la cabeza, que se extendió en un traumatismo de cuello y columna. «Cuanto más alto el salto o la caída, mayor el riesgo», dijo.

De forma quizás sorprendente, los investigadores no hallaron relación entre llevar casco y la gravedad de las lesiones. Dvorak aclaró que son buenos para impedir lesiones, “pero no protegen de ningún modo el cuello».

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