Cuando Massachusetts comenzó a pagar los tratamientos para dejar de fumar, las personas no sólo abandonaron el hábito sino que además tuvieron menos ataques cardíacos, informaron investigadores. Se trata del primer estudio que muestra una clara recompensa por invertir en esfuerzos para prevenir el tabaquismo.
Las tasas del hábito cayeron un 10% entre los clientes de Medicaid, la cobertura estatal de salud para los pobres, y casi el 40% de los pacientes que fumaba empleó los beneficios para recibir parches de nicotina o fármacos que ayuden a dejar de hacerlo.
El estudio, que sugiere que los estados pueden ahorrar dinero por invertir en esfuerzos por reducir el tabaquismo, halló que la tasa anual de admisiones en hospitales por ataques al corazón disminuyó un 46% entre los clientes de Medicaid y un 49% menos de ellos fueron hospitalizados por arterias tapadas.
«La drástica reducción en las hospitalizaciones por ataques cardíacos entre los fumadores que usaron el beneficio es asombrosa y demuestra la efectividad de la cobertura del tratamiento contra el tabaco que incluye asesoramiento conductual y medicinas aprobadas por la Administración de Alimentos y Medicamentos», dijo Nancy Brown, presidenta ejecutiva de la Asociación Estadounidense del Corazón.
Thomas Land y colegas del Programa de Cesación y Prevención Tabáquica de Massachusetts, y de la Escuela de Medicina de Harvard, observaron registros hospitalarios para el estudio, publicado en la revista PLoS Medicine.
En julio del 2006, el programa Medicaid de Massachusetts, llamado MassHealth, comenzó a pagar los medicamentos y otros tratamientos para ayudar a los fumadores a abandonar el hábito, incluidos parches de nicotina, chicles y fármacos. «Más de 75.000 suscriptos de Medicaid usaron el beneficio en los primeros 2,5 años», escribió el equipo de Land.
La adicción entre los clientes de esa cobertura cayó alrededor de un 10%: desde más del 38 por ciento -muy por encima del promedio nacional- a menos del 29 por ciento.
El estado también aprobó leyes durante este tiempo que apuntaron a reducir la exposición al humo de cigarrillo de segunda mano, indicaron los investigadores.
La mayoría de los estados no pagan los tratamientos para dejar de fumar en sus planes de salud para los pobres, dijo el equipo de Land. Alrededor del 45% tiene cobertura parcial, pero sólo el 12% ofrece una cobertura exhaustiva.