El Senado de la Nación distinguió al doctor Daniel Stamboulian

Le otorgó la Mención de Honor “Domingo Faustino Sarmiento”, en reconocimiento a su obra destinada a mejorar la calidad de vida de sus semejantes, de las instituciones y de su comunidad. La iniciativa fue de la legisladora María Laura Leguizamón.

Daniel Stamboulian junto a la senadora María Laura Leguizamón, al recibir la Mención de Honor.

El Honorable Senado de la Nación distinguió al doctor Daniel Stamboulian con la Mención de Honor “Senador Domingo Faustino Sarmiento”, el máximo galardón que entrega ese cuerpo a personas físicas y jurídicas, en reconocimiento a una obra emprendedora y destinada a mejorar la calidad de vida de los semejantes, de las instituciones y de las comunidades.

“El Congreso de la Nación le debía este homenaje a un hombre de la ciencia, reconocido a lo largo y a lo ancho de la Argentina, y también en el mundo”, señaló la responsable de la iniciativa, María Laura Leguizamón, durante el evento, que tuvo lugar el jueves 13 de marzo en el Salón Arturo Illia del Palacio Legislativo. Además, destacó que el doctor Stamboulian es “un ejemplo de amor al prójimo y de generosidad en la entrega hacia el otro, siempre en un exacto equilibro con el conocimiento y el rigor científico”.

La senadora remarcó también que en materia de salud “todavía hay mucho trabajo por hacer” y que el Stamboulian enseña que “hay que estar, hay que comprometerse y hay que llevar el conocimiento a todos los sectores de nuestro país”. En este sentido, valoró que el infectólogo estudió y se formó en el ámbito público. “Es una mención especial de lo que nuestro mundo académico y científico puede otorgarnos a todos los argentinos. Todos somos beneficiarios del conocimiento, de la vocación y del compromiso del doctor Stamboulian”, añadió.

A través de una nota dirigida a Leguizamón, el vicepresidente de la Nación, Amado Boudou, destacó el criterio para “otorgarle más que merecidamente este premio a una destacada personalidad de la medicina, la ciencia y la investigación, fundamentalmente en temas de Infectología”. E hizo llegar a Stamboulian su “especial felicitación” por este reconocimiento pleno a su obra. Estuvieron presentes en el acto el senador Carlos Menem, colegas, familiares y amigos del infectólogo.

“En lo que a mí respecta, esta mención es un honor muy especial. Y es un reconocimiento diferente por el nombre que lleva: Domingo Faustino Sarmiento –señaló el galardonado al iniciar su discurso de agradecimiento–. “Desde chiquito fue el prócer que yo más admiré. Y recuerdo cómo, hace más de 100 años, él hizo lo que después mucho de nosotros modestamente quisimos hacer: ir a EEUU, ver lo que allí se hacía y, luego, tratar de replicarlo. Así, contribuyó al progreso científico y cultural del país como pocas veces uno recuerda.”

Stamboulian recordó con emoción a sus padres, repasó los hitos de su carrera e hizo especial referencia a quienes lo formaron, acompañaron y apoyaron en el camino. Gracias a su trabajo, la atención de las enfermedades infecciosas –que hasta 1970 se realizaba fundamentalmente en hospitales especializados–, se instaló en los hospitales generales, sanatorios y centros ambulatorios. Esta labor, iniciada en Buenos Aires, se extendió luego al resto del país y de Latinoamérica. Para esto, fue clave el rol del infectólogo en la formación de profesionales y en la conformación y actividad de la Sociedad Argentina de Infectología, de la que fue presidente, y de la Asociación Panamericana de Infectología, de la que fue también cofundador.

En 1987 creó la Fundación Centro de Estudios Infectológicos (FUNCEI), donde realizaron  residencias en la especialidad más de cien médicos y se llevan adelante investigaciones publicadas en numerosas revistas científicas. También fundó FIDEC, en 2001, otra organización sin fines de lucro con sede en Miami y enfocada en los países emergentes. Es, además, director médico de Stamboulian Servicios de Salud y presidente de Helios Salud, institución dedicada a pacientes con VIH.

A lo largo de su vida, trabajó para mejorar el acceso a la salud, promover la vacunación y su universalidad, educar en hábitos saludables a niños y adolescentes, informar a médicos, docentes y a la comunidad sobre diagnóstico, tratamiento y prevención de las infecciones. A través de su rol como comunicador científico, su labor incansable, la jerarquización del trabajo en equipo y la creación de instituciones y alianzas nacionales e internacionales, se convirtió en uno de los máximos referentes de la Infectología argentina.

“Sin ninguna duda, el doctor Stamboulian nos llena de orgullo a todos los argentinos –destacó Leguizamón y concluyó–.  Su persona representa el ‘se puede’: se pueden salvar vidas, se puede cuidar a nuestros niños, se puede ganar a la adversidad en la batalla increíble que es la salud.”

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