La salud de Pablo Albarracini, el joven de 38 años testigo de Jehová que fue baleado en un robo, empeoró desde el viernes por lo que su padre presentó hoy un recurso extraordinario para que la Corte Suprema de Justicia «ordene la transfusión de sangre».
Mediante un «recurso extraordinario» presentado ante la Sala A de la Cámara Civil, la abogada Mariana Gallego, en representación del padre de la víctima Jorge Albarracini, reclamó que se dé intervención al Máximo Tribunal para que deje sin efecto el fallo que suspendió la transfusión.
«Esperamos que la otra parte, es decir la mujer, responda con rapidez para que el caso sea elevado a la Corte porque la salud de Pablo está muy delicada», señaló la abogada Gallego.
El viernes, Pablo tuvo que ser intervenido nuevamente ya que presentaba seis hemorragias internas que pudieron ser controladas por los médicos del Hospital Bazterrica, donde permanece internado desde el incidente.
«Su último parte indicó que el estado es grave, con pronóstico reservado y una anemia severa, ya que tiene sólo nueve de hematocritos, en este contexto, la transfusión es sumamente necesaria», detalló la abogada.
Desde el momento en el que el joven ingresó a la clínica y se planteó el tema de su religión, Jorge se presentó ante la Justicia para que se le pudieran hacer transfusiones, lo que fue autorizado en primera instancia por el juez Horacio Maderna Echegaray.
Sin embargo, la esposa de Pablo presentó junto a un grupo de personas Testigos de Jehová un acta con la firma de la víctima legalizada ante escribano en la que el joven expresaba claramente su voluntad por no ser transfundido «aunque el personal médico lo crea necesario para salvarme la vida».
La medida del juez de primera instancia fue apelada por la mujer y la Cámara Nacional de Apelaciones determinó que Pablo firmó «directivas anticipadas», que están contempladas entre los derechos del paciente por la Ley 26.529.
«La sentencia de Cámara que impide transfundir a Pablo es arbitraria y contraria a principios constitucionales básicos así como a tratados internacionales que protegen la vida», dijo la letrada.
Gallego explicó que «el papel que supuestamente firmó Pablo es una copia simple y no aparece el original», y añadió que «en todo caso lo firmó hace cuatro años y tal vez tampoco sería su voluntad hoy. No lo podemos saber porque se encuentra en coma y en estado crítico».
«Luego de estar en coma, el 18 de mayo Pablo despertó, aunque nunca recuperó la conciencia, pero se encontraba mejor, entonces sus familiares decidieron esperar para presentar este recurso, pero como ahora se agravó las transfusiones se volvieron imprescindibles», explicó Gallego.
De acuerdo a las normas procesales, señaló la abogada, la Sala A de la Cámara Civil deberá ahora «darle vista» (pedirle su opinión) a la mujer de Pablo y luego el tribunal tendrá que expedirse acerca de la «admisibilidad», o no, del recurso que sería entonces derivado a la Corte.