Una de cada quince personas sufre ataques de pánico. Más del 80% de quienes recurren a la psicoterapia cognitivo conductual para el tratamiento de estos trastornos obtiene una mejoría significativa de los síntomas y presentan mejoras notables en su calidad de vida. Además, existe evidencia científica que avala la eficacia de este tipo de abordaje terapéutico de forma breve e intensiva. Hoy en día, las normativas internacionales indican que tanto la farmacoterapia como este tipo de psicoterapia, son las dos herramientas básicas más eficaces para el control de esta patología.
Sobre finales del siglo XX, se realizaron dos estudios para comprobar la eficacia del tratamiento cognitivo conductual y para determinar aquellos componentes que generaban una mejor respuesta. Un nuevo estudio publicado recientemente en la revista “Depression and anxiety”, demostró la efectividad de estas técnicas para resolver los síntomas de esta afección en un plazo reducido de cinco sesiones.
Evidencias clínicas
En el año 1999, un equipo de investigadores de la Universidad de Oxford, Inglaterra, realizó el primer estudio sobre la eficacia de una modalidad breve e intensiva del tratamiento cognitivo conductual. Los resultados fueron publicados en el “Journal of Consulting and Clinical Psychology”. Al año siguiente, un equipo de científicos de la Universidad Estatal de Ohio, EEUU, presentó en la misma revista una investigación que analizaba en detalle cuáles eran los componentes del tratamiento que se asociaban con una mejor respuesta. En relación a ello, se llegó a la conclusión de que el entrenamiento en respiración abdominal era un componente prescindible del tratamiento, cuestión que abreviaba los tiempos del mismo.
Finalmente, en 2012, investigadores del Centro de Ansiedad y Trastornos Relacionados de la Universidad de Boston, EEUU realizaron un importante estudio de revisión sobre la eficacia del tratamiento intensivo para el pánico en el que se llegó a una novedosa conclusión en esta temática. En este sentido, “el tratamiento de al menos 5 sesiones, más 3 sesiones de seguimiento, tiene la misma eficacia que los tratamientos más prolongados”, explicó el Lic. Pablo López Coordinador del Programa de Tratamiento del Pánico, de la Clínica de Ansiedad y Estrés de INECO.
Este hayazgo se traduce en claros beneficios para el paciente como pueden ser un menor tiempo de recuperación y costos totales inferiores a los de aquellos tratamientos de largo plazo que involucran numerosas sesiones.
El paciente y su tratamiento
Tal como indica la Asociación Americana de Trastornos de Ansiedad, la terapia cognitivo-conductual se focaliza en identificar, comprender y modificar los pensamientos, creencias y comportamientos que mantienen el trastorno. En este tipo de tratamiento el paciente tiene un rol activo en su recuperación, a través del aprendizaje de diversas habilidades.
El Lic. López detalló que las técnicas específicas de este tipo de terapia para el trastorno de pánico abarcan “aspectos psicoeducativos, la modificación de los temores del paciente (reestructuración cognitiva), y la exposición a las sensaciones corporales y a las situaciones que provocan las crisis.”
Los estudios mencionados indican que la psicoterapia cognitivo-conductual reduce en un grado significativo los síntomas de pánico, los pensamientos y creencias vinculadas a la ansiedad (por ejemplo: “me voy a morir”, “voy a perder el control”, “esto traerá consecuencias graves a mi salud”) y las conductas de evitación (no viajar en subte, no ir la cine, abandonar el gimnasio). Estos logros pueden ser mantenidos a largo plazo tanto en personas que tenían solamente trastorno de pánico como en quienes también presentaban otros trastornos mentales como la depresión.
