Estrategias para calmar el llanto de un bebé

Es la forma de expresión del recién nacido y su origen tiene diferentes causas Según los expertos, lo más importante es mantener la calma.

El nacimiento de un bebé es motivo de gran alegría. Sin embargo, muchas veces su cuidado genera cierto nerviosismo, más aún cuando los padres son primerizos. Dentro de los cuidados, el llanto del recién nacido representa una de las grandes interrogantes y temores.

“En principio, se puede afirmar que el llanto es la manera que tiene el recién nacido para expresarse, ya que desde su nacimiento se enfrenta a múltiples situaciones a las que tiene que amoldarse tales como cambios de temperaturas y sonidos indeseables”, explicó el doctor Rafael Ahuad Guerrero, Jefe de Pediatría de la Clínica Olivos.

El primer llanto se produce una vez que el bebé sale de la panza de su madre y es, sin duda, el más esperado y festejado, ya que a través de él comenzará a respirar y liberar todo el líquido y mucosidad acumulado durante las semanas de su gestación.

Asimismo, durante los primeros meses de vida, será sinónimo de hambre, sueño, calor, cansancio, dolor, entre otras cosas. “No obstante, resulta conveniente aclarar que cada llanto responde a motivos diversos por lo que serán los padres los encargados de interpretar el porqué de cada uno. En este sentido, es de suma importancia que mantengan la confianza, tomen sus propias decisiones y apliquen el sentido común en sus acciones”, indicó el pediatra.

En primer lugar, para calmar el llanto del recién nacido se aconseja que la persona que intenta sosegarlo esté tranquilo. Luego se debe alzar, protegerlo con un contacto suave y retirarse a un lugar tranquilo.

“Por otro lado, es importante reasaltar que el llanto siempre responde a alguna incomodidad por lo que es incorrecto el concepto de que ‘los bebés hay que dejarlos llorar porque se malcrían al estar de brazo en brazo”, sostuvo Ahuad Guerrero.

Siempre es aconsejable calmarlo y diferenciar los motivos del llanto porque, a partir de los seis meses de vida “ya empiezan a entender lo que pasa a su alrededor, a manejar su queja de acuerdo a las circunstancias y es cuándo se debe empezar, de a poco, a poner algunos limites”, aclaró.

Alrededor de los ocho meses, los lactantes pasan por un periodo de la vida llamado angustia del octavo mes, en el cual lloran más, temen a los desconocidos y sólo se calman en brazos de su mamá, al verla o escuchar su voz.

Causas

Si bien varía de acuerdo a las características de cada uno y de acuerdo a la circunstancia, en general puede llorar cada tres o cuatro horas por la necesidad de comer. En caso de que se presente un llanto antes de este período de tiempo, puede responder, por un lado, a las ganas de dormir o, por otro, a la presencia de molestias estomacales comúnmente conocidas como cólicos.

“El llanto por sueño tiene más que ver con que está molesto o incómodo y solamente quiere que lo ayuden a dormir. Es más parecido al de un bebé que tiene hambre, pero en pequeños que ya comieron y necesitan descansar. Bastará con acunarlo y ayudarlo a conciliar el sueño”, indicó el experto.

Por su parte, en los casos de los cólicos, es más agudo y desgarrador, ya que hay dolor. Al bebé se le pone dura la panza y se lo ve más colorado y tenso. Para aliviarlo, se lo puede acostar, hacerle movimientos circulares con las piernas (como una bicicleta) y masajearle la barriga. También se lo puede sentar y con una mano acariciarle el área y con la otra calmarlo.

Por último, en los bebés mayores de seis meses se pueden presentar episodios de espasmo, los cuales se detectan cuando, durante el ataque de llanto intenso, el bebé deja de respirar (apnea) y se pone cianótico (de color azul). “Es importante que los padres sepan manejar estas situaciones con tranquilidad y sin desesperación. Por lo general, se recomienda soplar la cara del bebé o mojarle el rostro o sacudirlo”, indicó Ahuad Guerrero

“Lo fundamental de todo es que los padres sepan que el llanto es algo natural de los recién nacidos y que es necesario mantener la seguridad, serenidad y madurez para aprender el largo camino que representar el cuidar y educar de los chicos”, concluyó.

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