Estudio sugiere que radiografías dentales aumentarían propensión a tumores cerebrales

Asociaron a la radiografía interproximal, conocido como examen de aleta mordida con un aumento de chances de tener un meningioma, un tipo de tumor que afecta al área. Los autores sugieren no realizarse estos estudios anualmente. 

Las personas que se realizan radiografías dentales regularmente son más propensas a sufrir un tipo común de tumor cerebral, dijeron investigadores estadounidenses. Sus conclusiones sugieren que los exámenes anuales pueden no ser lo mejor para la mayoría de los pacientes.

El estudio, publicado en la revista Cancer, mostró que las personas que fueron diagnosticadas con meningioma tenían el doble de probabilidades que un grupo sano de control de reportar haberse realizado un examen de aleta mordida (o radiografía interproximal), que consiste en colocar una película de rayos X en una placa que se sostiene entre los dientes.

Quienes dijeron realizarse una radiografía anual de este tipo tenían entre 1,4 y 1,9 veces más probabilidades que un grupo de control de desarrollar tumores cerebrales, según el estudio.

Además, las personas que informaron hacerse una radiografía panorámica anual -que muestra toda la dentadura y se hace con un equipo que describe una circunferencia alrededor de la cabeza del paciente- eran de 2,7 a 3 veces más propensas a desarrollar cáncer.

Un meningioma es un tumor que se forma en la membrana que rodea el cerebro o en la médula espinal. La mayoría de las veces es benigno y de crecimiento lento, pero puede producir discapacidades o ser potencialmente mortal.

La investigación, dirigida por Elizabeth Claus, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Yale, se basa en datos de 1.433 pacientes estadounidenses a quienes les fueron diagnosticados los tumores entre los 20 y los 79 años.

Para comparar, los investigadores consultaron los datos de un grupo de control de 1.350 individuos que tenían características similares, pero que no habían sido diagnosticados con un meningioma.

Actualmente los pacientes dentales están expuestos a niveles de radiación más bajos que en el pasado, pero la investigación debería instar a odontólogos y pacientes a reevaluar cuándo y por qué se utilizan los rayos X dentales, según Claus.

«El estudio proporciona una oportunidad ideal para que en la salud pública se tome mayor conciencia sobre el uso óptimo de los rayos X dentales, que, a diferencia de muchos factores de riesgo, es modificable», dijo.

La pauta de la Asociación Dental de Estados Unidos (ADA) es que los niños se realicen una radiografía dental cada uno o dos años, los adolescentes cada año y medio a tres años, y los adultos cada dos o tres años.

La ADA dijo en 2006 que había poca evidencia para promover la realización habitual de radiografìas de toda la boca en pacientes sin ningún síntoma.

Michael Schulder, jefe adjunto del departamento de neurocirugía del Instituto de Neurociencia de Cushing, que forma parte del North Shore Long Island Jewish Health System en Nueva York, dijo no estar sorprendido por los hallazgos.

«Esto no debería ser una sorpresa dada la conexión entre la radiación y el desarrollo de meningiomas que se ha establecido en otros contextos», dijo Schulder, que no estuvo involucrado en la investigación.

«La posibilidad de que estos tumores aparezcan en individuos que fueron radiografiados anualmente sigue siendo baja. Sin embargo, los dentistas y sus pacientes deben considerar seriamente realizarse placas de rayos X con menos frecuencia que la anual a menos que los síntomas indiquen la necesidad de imágenes», agregó.

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