Si de deportes se habla, muchos buscan superar sus propios límites al sumar exigencia. Pero en Londres nació una nueva rutina que de tan demandante, se vuelve una cuestión de vida o muerte, al punto que debe ser practicada con un cardiólogo al lado y los interesados deben firmar un consentimiento en el que se desligue al gimnasio de toda responsabilidad en caso de fallecimiento.
Se trata del flatline, y promete ser la disciplina más difícil del mundo. Su nombre alude al momento en el que un monitor cardíaco no detecta más señales de vida y marca la temida línea horizontal.
La rutina de 45 minutos puede hasta no ser apta hasta para quienes tienen un muy buen estado físico. Se trata de recorrer un circuito en el que se tiene que subir por una soga, levantar mancuernas, lanzar las Atlas Stones (esferas muy pesadas como las que se suelen ver en las competencias del hombre más fuerte del mundo), flexiones sobre cajas y una aceleración de 45 metros. Todo esto debe hacerse vistiendo un chaleco de 12 kilogramos y no una sino cinco veces-
«Ni se te ocurra venir a una clase si no estás seguro de que tu cuerpo tiene la capacidad de ser exigido hasta el extremo de sus límites y posiblemente más allá», advirtió David Cooper, una de las mentes detrás de la novedad.
Por su parte Firas Iskandarani, uno de los entrenadores de la cadena de gimnasios GymBox, el centro encargado de diseñar la nueva rutina de entrenamiento, dijo que el flatine es el más exigente porque “combina rutinas que son de por sí muy difíciles y las junta en un circuito que hace que sea casi imposible finalizar la clase»,
«El riesgo con este tipo de clase es que se puede sufrir de dolores en el pecho, falta de aire, vómitos o en el peor escenario se pueden desmayar o sufrir un paro cardiaco», alertó la doctora Emma Bradley en el video de promoción del gimnasio.