La alergia nasal es una enfermedad que afecta la calidad de vida de quien la padece y provoca, entre otros síntomas, reducción de rendimiento, trastornos en el sueño y falta de concentración.
El dato surge de un estudio realizado a través de entrevistas telefónicas y presenciales en areas metropolitanas de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México, y Perú, publicado en la revista especializada Allergy and Asthma Proceedings de EEUU, y liderado por el médico argentino Hugo Neffen, director asociado del Centro de Investigación Enfermedades Alérgicas y Respiratorias (CIDEA).
Según la investigación, la alergia nasal o rinitis alérgica es subdiagnosticada, por lo que miles de personas conviven con esa patología sin recibir un tratamiento adecuado. Con la llegada del otoño, los síntomas en algunos afectados aumentan, ya que este cuadro tiene un alto impacto laboral y escolar al provocar una disminución del rendimiento.
«Una persona puede ver que su productividad decae en un 33%. Los problemas respiratorios generan trastornos del sueño, un sueño no reparador. Por este motivo, durante el día no logra concentrarse bien y suele estar cansada», explicó Neffen, también jefe de la Unidad de Medicina Respiratoria del Hospital de Niños Orlando Alassia en la provincia de Santa Fe.
Síntomas de la alergia nasal
· Estornudos
· Secreción nasal
· Congestión nasal (el síntoma más importante, el que más molesta al paciente y afecta su calidad de vida)
· Prurito nasal
· En más de un 50% de los casos se presentan síntomas oculares asociados o llamadas rinoconjuntivitis.
¿Qué es la rinitis alérgica?
El cuadro no es una enfermedad en sí misma, sino un mecanismo inflamatorio por el cual el organismo humano del afectado produce una respuesta exagerada ante ciertos estímulos que para otras personas son normales. En estos casos, el órgano de choque es la nariz.
Muchos de los afectados no consultan a un especialista y se automedican.
«Quieren resolver la rinitis con fármacos de venta libre. Sin embargo, corren un gran riesgo porque toman medicamentos que les producen somnolencia y les disminuyen la atención, que puede ser un peligro en los casos de conductores de vehículos. Otras personas se automedican con vasoconstrictores que liberan al paciente en forma rápida del bloqueo nasal. El problema es que esos medicamentos producen dependencia y atrofia de la mucosa nasal, por consiguiente, deben usarse durante períodos cortos, no más de cinco a siete días», alertó el especialista de la Fundación CIDEA.
Y continuó: «Es interesante que cuando uno compara los datos de adultos y niños, ya que en el caso de los primeros, de los que dicen tener alergia nasal, el 42% señala que toma medicamentos autorecetados o productos de venta libre».
«En cambio, en el caso de los niños esto se reduce al 25%, es decir, que los padres tienen más cuidado con los medicamentos que les administran a sus hijos. Lo indicado es consultar al médico y seguir tratamientos específicos y adecuados», remarcó el especialista.
El 25% de la población sufre alergia nasal y no lo sabe, es decir, no ha sido diagnosticada por los médicos y por lo tanto no reciben un tratamiento adecuado que podría traerles alivio a su vida.
«La baja prevalencia que arrojó nuestra investigación refleja que la alergia nasal es una enfermedad subdiagnosticada y, consecuentemente, subtratada y ese es el mensaje clave. Uno podría profundizar y decir que es subestimada por los pacientes, subdiagnosticada por
los médicos y consecuentemente subtratada», explicó Neffen.
El control de la rinitis alérgica en los casos persistentes impone hacer un diagnóstico etiológico, realizar los test cutáneos para identificar el alergeno al cual está sesibilizado el paciente e indicar tratamientos farmacológicos y no farmacológicos.
«Nuestro trabajo muestra que hay una subestimación del paciente que se acostumbra a vivir con la alergia nasal y no concurre al médico. A lo sumo va a la farmacia y pide un medicamento de venta libre para calmar los síntomas. Por otra parte, la investigación pone en evidencia el subdiagnóstico de la enfermedad», añadió.
Desde el punto de vista del médico, Neffen indicó que «todo el mundo tiene un estetóscopo para escuchar el pulmón, pero no todos tienen un especulo nasal para mirar la nariz y ver si por ejemplo los pacientes tienen una rinitis alérgica u otro tipo de rinosinusopatía».
«En fin, hay una amplia tarea de educación de posgrado dirigida al amplio espectro de la medicina de atención primaria para lograr que se valorice la rinitis como un tema de salud publica, que si bien no es fatal, y no produce hospitalizaciones, sí afecta la calidad de vida», subrayó el experto.