Al día de hoy, son escasos los trabajos científicos sobre el impacto de la minería en la salud de las comunidades cercanas a las minas. En la provincia de Catamarca, esta actividad explotó durante la última década y, en consecuencia, incrementó la preocupación por la salud en distintos sectores sociales. El establecimiento más importante es Bajo de la Alumbrera, una mina a cielo abierto en la que trabajan cerca de 2.000 empleados. De allí, desde 1997, se extraen concentrados de oro y cobre mediante un proceso que no involucra el uso de cianuro.
En el marco de la colaboración para mejorar la salud de los catamarqueños que desde hace años brinda FUNCEI, la fundación dirigida por el Dr. Daniel Stamboulian, el gobierno provincial le solicitó evaluar el impacto de la actividad minera en los trabajadores y habitantes de la zona. El equipo de investigación liderado por el infectólogo contactó entonces a especialistas de Chile y Perú, para diseñar juntos la metodología científica adecuada.
El estudio se inició en 2010 y duró nueve meses. Durante ese período, los investigadores buscaron variaciones en el patrón de enfermedades que pudieran asociarse a cambios en el ambiente, analizaron los sectores de explotación y producción en la mina, accedieron a los registros médicos de los empleados, y los entrevistaron en forma anónima, para que pudieran manifestar con libertad sus observaciones e inquietudes en relación a su salud.
Para evaluar un aspecto sensible, el posible aumento de casos de cáncer, los especialistas accedieron a los registros de tumores obtenidos durante los últimos años en las distintas regiones de Catamarca, y los compararon con los correspondientes al resto del país. Por último, realizaron un estudio de campo en Amanao, el poblado más cercano a la mina, ubicado a 17 km al sur, donde realizaron a todos los mayores de 15 años –más del 90 % de los habitantes– un examen clínico completo y espirometrías, para evaluar posibles afecciones respiratorias causadas por polvos producidos en el yacimiento.
Como conclusión de este estudio, los investigadores no encontraron indicadores de que la salud de los mineros y lugareños se encuentre afectada por la actividad minera. El análisis de los registros de casos de cáncer en niños y adultos de la provincia de Catamarca indicó que, en la región donde se realizan explotaciones a cielo abierto, los mismos no superan a los registros nacionales promedio.
En Amanao, los científicos constataron que los males más comunes entre los habitantes son las infecciones, como hidatidosis, brucelosis y Enfermedad de Chagas, y la hipertensión. Sin embargo, no detectaron afecciones respiratorias ni cutáneas que pudieran ser consecuencia de la actividad.
Como señala a Docsalud.com el Dr. Diego Fridman, director de Investigaciones de FUNCEI, este trabajo es “una fotografía, una imagen instantánea del estado de salud actual de las personas”, por lo que recomienda “un monitoreo activo en el tiempo, una sucesión de imágenes, como en un video”, para conocer cómo se van presentando las distintas enfermedades en cada período. Y destaca sobre este estudio que presentó en la 4° Conferencia Internacional sobre Geología Médica, realizada el pasado mes de septiembre en Bari, Italia: “Es importante porque abre una línea de trabajo en un área de la geología médica no explorada en Argentina. Lo ideal sería replicarlo en otros lugares del país y Latinoamérica y, sobre todo, incorporarlo como una etapa obligada de la minería, para poder evaluar la salud de los trabajadores y los habitantes de las comunidades cercanas antes, durante y después del trabajo de extracción”.