La publicidad de «comida basura» tendrá que incluir alertas en Brasil

Deberán detallar los efectos del consumo excesivo en la salud. La reglamentación se aplicará a productos con cantidades elevadas de azúcar, grasas saturadas y trans, sodio y bebidas de bajo contenido nutricional.

La publicidad de la llamada «comida basura» en los medios brasileños tendrá que incluir alertas sobre los riesgos que su consumo excesivo puede provocar a la salud, según un reglamento divulgado hoy por el Gobierno. La nueva disposición de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) fue publicada este martes en el Diario Oficial de la Unión.

Las normas para la publicidad y la propaganda de estos alimentos se aplicarán sobre productos que contienen cantidades elevadas de azúcar, grasas saturadas, grasa trans y sodio, así como sobre refrescos con bajo contenido nutricional. La reglamentación abarca desde gaseosas y concentrados para preparar jugos hasta aperitivos industrializados, bizcochos y galletas. También incluye bebidas a las que se les agrega cafeína o cualquier sustancia que actúe como estimulante del sistema nervioso central.

 
Según la Anvisa, los anuncios de estos alimentos tienen que informar el tipo de problemas a la salud causado por el consumo excesivo de sus componentes considerados como dañinos.  De esa forma, la publicidad de alimentos con exceso de grasa trans tiene que advertir que el componente eleva las posibilidades de problemas cardíacos y la de alimentos con exceso de grasa saturada que el mismo aumenta el riesgo de contraer diabetes.

 
De la misma forma, los avisos de comestibles con elevado contenido de sodio tiene que alertar sobre los riesgos de presión alta y problemas del corazón y los de productos con mucha azúcar debe advertir sobre los riesgos de obesidad y caries.

 
De acuerdo con la Anvisa, la reglamentación fue adoptada para «reducir los estímulos que llevan al público, en especial el infantil, a adoptar costumbres de consumo incompatibles con la salud y que no se corresponden con la alimentación adecuada». En relación a los plazos, los fabricantes de los productos afectados por las normas tienen un 180 días para adaptarse a la nueva norma.

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