Lanzaron campaña “Argentina 2014 libre de grasas trans”

Por Celina Abud.- Está orientada tanto al consumidor como a la industria. En el marco de la iniciativa, publicaron una guía para pymes, con alternativas saludables para reemplazarlas. Está comprobado que estas grasas aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Las grasas trans suelen estar presentes en algunos panificados

En coincidencia con el Día Mundial de la Hipertensión Arterial, los ministerios de Salud y de Agricultura, Ganadería y Pesca lanzaron la campaña “Argentina 2014 libres de grasas trans”. Durante el evento revelaron que una ingesta de 5 gramos de estas grasas, que forma parte de los aceites vegetales hidrogenados, es suficiente para aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares en un 25%.

 

La iniciativa no sólo está enfocada al cuidado individual, sino también a las industrias. Es que si bien el 70% del sector alimentario en la Argentina ya reemplazó la grasas trans de sus productos mediante la autorregulación, aún existe un 30% que aún no lo hizo, por no encontrar un sustituto.

 

En ese sentido la campaña está orientada también a que esa porción de empresas suplan este componente  por grasas poliinsaturadas o monoinsaturadas o dejen de elaborar los productos que las contengan. Y como herramienta fundamental para lograr ese fin, se lanzó una “Guía de recomendaciones para pymes”, donde se plasman alternativas más saludables, como los aceites de soja y canola. 

 

 

¿Qué son y cómo afectan?

 

Las grasas trans – presentes en algunos productos de panificación (como hojaldres), amasados de pastelería, copetín, galletitas, alfajores y productos de cobertura, entre otros – se generan durante la hidrogenación parcial de aceites vegetales líquidos para formar grasas semisólidas que se emplean en margarinas, aceites para cocinar y muchos alimentos procesados.

 

Según afirmó el director de Promoción y Control de Enfermedades No Transmisibles del Ministerio de Salud, Sebastián Laspiur, estas grasas “resultan atractivas para la industria debido a su tiempo de conservación prolongado, su mayor estabilidad durante la fritura y su maleabilidad para su uso en productos de repostería”.

 

Sin embargo, agregó que “está comprobado de que ellas conllevan a la disminución del colesterol bueno, el aumento del colesterol malo, el riesgo de muerte súbita de origen cardíaco y de diabetes mellitus”.

 

A su vez, Laspiur indicó que, según cifras basadas en estudios prospectivos, “una reducción del 2% en la ingesta de grasas trans evitaría aproximadamente entre 30 mil y 130 mil casos de cardiopatía isquémica en América del Sur”.

 

La campaña y sus antecedentes

 

La estrategia, que va en sintonía con la iniciativa de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) “Las Américas Libres de Grasas Trans”, contó con un fuerte esfuerzo intersectorial, en el que participaron no sólo las carteras de Salud y Agricultura, sino también el Ministerio de Desarrollo Social, las Cámaras de la Industria de Alimentos, Universidades públicas y privadas y diversas entidades de la sociedad civil.

 

Según el ingeniero Lorenzo Baso, representante del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, el objetivo de estos esfuerzos es agregarle valor a los comestibles. En su opinión, “el proceso de transformar un alimento primario en uno procesado debe ser ‘invadido’ por el área de salud para otorgarle ese valor”, lo que es, en sus palabras “todo un desafío”. 

 

En cuanto a la comunicación al consumidor, la iniciativa prevé la colocación de carteles en comercios y la difusión en medios masivos de comunicación, para generar conciencia sobre la importancia de identificar en los rótulos de los alimentos el contenido de grasas trans.

 

Esta  campaña se agrega a los dos años de esfuerzos en los que la cartera sanitaria nacional trabajó en un acuerdo con la industria de comestibles en la modificación del Código Alimentario Argentino.

 

“El contenido de ácidos grasos trans de producción industrial en los alimentos no debe ser mayor a: 2% del total de grasas en aceites vegetales y margarinas destinadas al consumo directo y a 5% del total de grasas en el resto de los alimentos”, establece la flamante reforma.

 

Para el subsecretario de Prevención y Control de Riesgos del Ministerio de Salud, Gabriel Yedlin, la campaña apunta a acceder “a una mejor comida que ayude a prevenir muertes prematuras por enfermedades no transmisibles y que garanticen una mejor calidad de vida”.

 

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