Lo que ellas deben saber para cuidar su salud

Los controles médicos son clave para prevenir las enfermedades ginecológicas y otras afecciones típicas de la mujer. El tipo de prueba y la frecuencia con que deben realizarse dependen de la edad, los factores de riesgo y la historia familiar. La vacunación también es importante en la adultez.

Los controles médicos son clave para prevenir las enfermedades ginecológicas y otras afecciones típicas de la mujer

En algunos aspectos, hombres y mujeres comparten los mismos problemas de salud. Por ejemplo, las enfermedades cardiovasculares constituyen la primera causa de muerte en ambos sexos en todo el mundo. Sin embargo, otras patologías son más frecuentes en ellas, como la obesidad, las enfermedades autoinmunes, la osteoporosis y la depresión.

Es importante que cada mujer conozca los controles y evaluaciones generales que debe realizar a lo largo de la vida. Estas pruebas de seguimiento y prevención, y la frecuencia con que deben realizarse, dependen de la edad de cada persona, de los factores de riesgo y de su historia familiar. 

En términos generales, se aconseja: controlar el peso, visitar con regularidad al médico de cabecera, planificar los embarazos, realizar periódicamente un control ginecológico que incluya la prueba de Papanicolaou, la colposcopía y el examen mamario. Después de la menopausia, es necesario controlar la densidad de los huesos y descartar el cáncer de colon. El deterioro de la salud y la aparición de enfermedades muchas veces pueden evitarse con un examen clínico y algunas pruebas muy sencillas.

Chequeos necesarios

El primer paso es hacer una consulta con el médico de cabecera, quien determinará la frecuencia de los controles futuros. Como parte de la revisación, controlará el peso, la estatura y la tensión arterial. También podrá solicitar exámenes de sangre donde controlará los niveles de colesterol, para prevenir enfermedades del corazón, y de azúcar, para descartar la diabetes.

Controles ginecológicos

El cáncer de mama mata a más mujeres que cualquier otro tumor maligno. En líneas generales, se indica a las adultas de entre 40 y 75 años realizarse una mamografía de manera anual o bianual. Las mujeres con antecedentes de cáncer de mama en familiares cercanos (madre, hermanas, hijas) deberán consultar y comenzar antes a hacerse los controles.

A partir de los 25 años, y especialmente entre los 35 y 64, se recomienda que las mujeres se realicen en forma anual un Papanicolaou (Pap) y una colposcopía para prevenir el cáncer de cuello de útero. Si durante dos años seguidos el resultado del Pap es negativo, se pueden hacer controles cada tres años. La infección por los virus del papiloma humano (VPH) es el principal factor de riesgo para esta enfermedad. Actualmente, existe una vacuna contra estos virus. No obstante, las mujeres que se han inmunizado deben realizarse los controles ginecológicos regulares.

Vacunación

Las mujeres deberían recibir la vacuna doble adultos cada 10 años, la doble viral (si no tienen completo el esquema contra sarampión y rubéola), y las vacunas contra VPH, hepatitis A y B.

Las mayores de 65 años y aquellas con enfermedades crónicas respiratorias, cardíacas o renales, diabetes u obesidad mórbida deben recibir las vacunas antigripal y antineumocócica

Detección de ETS

Si la mujer o su pareja tienen o tuvieron múltiples parejas sexuales, es fundamental descartar la infección por VIH y otras enfermedades de transmisión sexual (ETS).

Embarazo

Planificarlo y consultar al médico con anticipación es la mejor manera de prevenir enfermedades tanto en la madre como el bebé.

Las mujeres que no tuvieron rubéola, varicela o sarampión pueden vacunarse antes de quedar embarazadas. Durante la gestación, deben inmunizarse contra la gripe, cuando es época de influenza, y actualizar la antitetánica, si corresponde. En este último caso, la recomendación más reciente dada a conocer por los especialistas es la de indicar a las futuras madres una dosis de la vacuna triple bacteriana acelular del adulto, que, además del tétanos, protege contra la difteria y la tos convulsa.

Asimismo, todas las embarazadas deben hacerse pruebas de sangre para descartar la infección por VIH y otras ETS, además de los controles clínicos de la gestación.  

Prevención de cánceres no ginecológicos

A partir de los 50 y hasta los 75 años de edad, se indican pruebas periódicas para detectar el cáncer en el colon y el recto. Para esto, se utilizan varios métodos: la prueba de sangre oculta en materia fecal (una vez por año), una sigmoidoscopía (cada 5 años) o una colonoscopía. Esta última se realiza como prueba de detección rutinaria cada 10 años a partir de los 50.

Al igual que los hombres, muchas mujeres padecen cáncer de pulmón. Esta enfermedad representa la segunda causa de muerte por cáncer en esta población en los países desarrollados. La mejor medida de prevención es no fumar.

Para prevenir el cáncer de piel, se recomienda el autoanálisis periódico de lunares y manchas en todo el cuerpo, para detectar cambios en el color, la forma y el tamaño de los mismos. Ante la aparición de cualquier anormalidad, se debe acudir al dermatólogo sin demora, para detectar a tiempo una posible lesión maligna y tratarla.

Control de osteoporosis

Los cambios hormonales, especialmente en la época de la menopausia, vuelven a las mujeres más susceptibles a que sus huesos se debiliten y quiebren con mayor facilidad. Un examen de densidad ósea permite determinar el grado de fortaleza o fragilidad de estos tejidos. Se recomienda la prueba a todas la mujeres, por lo menos una vez a partir de los 65 años de edad.

Las visitas anuales al dentista y los chequeos regulares de la vista y la audición son otros cuidados que las mujeres deben tener presentes. Además de los controles médicos de rutina, es importante adoptar hábitos cotidianos saludables.

•Realice actividad física. Si no acostumbra a hacerlo, comience de a poco y avance hasta hacer 30 minutos o más de ejercicio moderado la mayoría de los días de la semana. Caminar con energía, bailar, nadar y andar en bicicleta son sólo algunos ejemplos.

•Coma sanamente. Elija frutas, verduras, cereales, leche y productos lácteos descremados o con poca grasa. Incluya carne magra de vaca y aves, pescado, legumbres, huevos y frutos secos. Coma alimentos con pocas grasas saturadas, grasas trans, colesterol y sal, y no agregue azúcar. Acuérdese también de hidratarse bien (al menos dos litros diarios de líquidos).

•Cuide su peso. Mantenga un equilibrio entre las calorías que ingiere con los alimentos y bebidas, y las que gasta en sus actividades. Consulte a su médico si empieza a subir o bajar de peso.

•Prevenga las ETS, practique sexo seguro.

•Si toma alcohol, hágalo sólo con moderación.

•Aplíquese las vacunas según corresponda por edad y antecedentes (consulte a su médico).

Fuentes: Ministerio de Salud de la Nación. Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos, Oficina de Salud de la Mujer.

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