El ministro de Salud de la Nación, Juan Manzur, y autoridades sanitarias de la región analizaron hoy en Puerto Iguazú la situación del dengue y consensuaron estrategias conjuntas para el control de la enfermedad.
El encuentro se realizó en el Anfiteatro Ramón Ayala de esa localidad ante la presencia de unos 500 alumnos de distintos colegios que al final de la jornada terminaron asumiendo el firme compromiso de colaborar fuertemente en la erradicación del mosquito vector.
Además de Manzur, participaron de la jornada, el gobernador de la provincia Maurice Fabián Closs, el ministro de salud de Misiones, José Luis Guccione, funcionarios de las ciudades fronterizas y miembros de la Organización Panamericana de la Salud, OMS.
«Esta es una jornada muy importante en nuestra lucha contra esta enfermedad tropical porque una de las cosas más importantes es compartir información», sostuvo el ministro.
Manzur recordó que el mosquito vector «no respeta fronteras», por lo que valoró la presencia de los equipos técnicos de Brasil y Paraguay.
Esta lucha «todos somos importantes, el ama de casa y los niños eliminando los recipientes con agua sucia en sus casas y los agentes sanitarios y fuerzas de seguridad haciendo la misma tarea en los lugares de uso público», expresó.
Por su parte Closs insistió en el protagonismo de los niños en esta cruzada, «porque en muchos casos son más concientes de los riesgos que corre el planeta».
Luego, el gobernador les solicitó el compromiso a los 500 estudiantes presentes.
«Alumnos, leyó Closs, ¿prometen revisar diariamente sus hogares y adyacencias, controlando y destruyendo todos aquellos lugares y recipientes que contengan agua y puedan servir para que el mosquito transmisor del dengue se críe y contagie la enfermedad?”
Además les pidió «participar activamente para que esta enfermedad sea erradicada totalmente de la provincia de Misiones tomando cada uno de nosotros la iniciativa de descacharrizar, eliminar los criaderos de mosquitos y no dejar acumular basura ni restos en los que el mosquito se críe y el dengue se extienda. La respuesta de los chicos fue un unísono «sí».
