Una mujer de Nueva York contrajo el VIH por medio de un trasplante de riñón de un donante vivo, lo que supone un caso muy poco habitual que ha forzado a las autoridades sanitarias estadounidenses a endurecer sus recomendaciones en materia de control en ese tipo de operaciones.
«Se detectó voluntario para un paciente que necesitaba un trasplante en la ciudad de Nueva York. Tras el trasplante, el receptor tuvo complicaciones de salud y entre ellas el VIH», explicó la portavoz del Departamento de Salud del estado de Nueva York, Claudia Hutton.
Hutton detalló que hasta entonces la receptora no era portadora del virus que provoca el sida, ni estaba relacionada con un entorno considerado de riesgo.
Tras la correspondiente investigación, se descubrió que el donante contrajo el VIH durante el lapso de tiempo que pasó desde que se le reconoció como válido para ceder su riñón hasta que se llevó a cabo la operación, que fue de cerca de diez semanas.
«Es una historia desgarradora», apuntó la portavoz, quien explicó que, a raíz de este suceso, se ha decidido recomendar una segunda ronda de pruebas de sangre en los donantes dentro de las dos semanas previas a la donación.
El Centro para el Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), que publica hoy este caso en su Informe Semanal sobre Morbilidad y Mortalidad, incluso recomienda que ese plazo se reduzca a una semana antes de la operación.
Ese organismo detalla que ni el donante ni el receptor supieron de sus respectivas infecciones hasta un año después de la operación.