“Los hábitos de consumo de droga se modificaron en nuestro país. Hoy es difícil encontrar usuarios de una sola sustancia, sino que las combinan entre sí o con alcohol”, explicó el Licenciado Eduardo Lavorato, especialista en minoridad y adicciones en el marco del Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, que se celebra cada 26 de junio y que fue instaurado por la ONU en 1990.
La fecha busca generar acciones concretas para prevenir y erradicar el abuso de sustancias psicoactivas, lo que representa un gran problema a nivel mundial. En nuestro país, la edad de inicio de consumo ronda los 14 años y según expresó Lavorato, los más jóvenes “suelen empezar con marihuana o inhalantes”.
“Las drogas ilegales más consumidas en Argentina son la marihuana, la cocaína, los psicofármacos no recetados combinados con alcohol y el paco”, señaló el experto. A su vez, explicó que existen distintos niveles de dependencia. En primer lugar está el usuario, que es el que ingiere una sustancia esporádicamente. Luego, se ubica el consumidor, que mantiene una ingesta constante.
Esta diferencia cobra relevancia al citar cifras argentinas que revelan que “el 70% de los consumidores de cocaína empezaron como usuarios de marihuana”. Este estudio, según expresó Lavorato, “es uno de los pocos a nivel nacional”. Pero agregó que “según cifras de la ONU, el uso de sustancias psicoactivas en nuestro país se multiplicó por diez en la última década”.
Consecuencias de la ingesta
“El efecto de las drogas es totalmente desestabilizador y atenta contra la integridad física de quién la consume”, indicó el experto en minoridad y adicciones en referencia a “la nueva tendencia difundida sobre los efectos terapéuticos de la marihuana”. Al respecto aseguró que esta sustancia “posee más de 400 principios activos de los cuales se aísla uno con propiedades analgésicas para ser suministrado a quién está enfermo”.
Consultado por DocSalud.com sobre el debate de la despenalización, Lavorato opinó que la postura “se pone en el lugar del usuario (de ingesta moderada) y no del consumidor constante”, es decir, aquel que “ve amenazada su integridad física”.
Indicó también que las obligaciones del Estado para combatir a las drogas son en primer lugar atacar el narcotráfico y en segundo, “atacar la ignorancia” al difundir las consecuencias nocivas del consumo.
Las acciones para combatir el uso indebido de drogas se completarían con “eliminar los estigmas sociales con una perspectiva de recuperación de los adictos y garantizar tratamientos acordes con el nivel de dependencia que genera cada sustancia, es decir tratamientos ambulatorios para las drogas más blandas y en centros de rehabilitación para las más duras”.
